El sueño de la selección U17 llegó hasta el minuto 28. Durante ese tiempo, España contradijo a la lógica y a la historia para dominar la final del Mundial frente a Estados Unidos. Sin embargo, los norteamericanos encendieron entonces el rodillo y, a base de físico, consiguieron un parcial de 1-15 con el que pasaron por encima de un rival demasiado cansado después de tener que luchar ante tanto músculo.
Pero que la derrota (67-79) no empañe una actuación histórica de España, que ha sumado la primera medalla en la categoría. Una plata que sabe a gloria y sirve para alimentar el futuro. La de Aday Mara, Izán Almansa, Hugo González, Lucas Langarita, Conrad Martínez… es una generación para ilusionarse. No recordaba una el baloncesto con tanto talento y con tantos jugadores prometedores como los Júniors de Oro de 1999. Muchos estuvieron presentes en las gradas del Martín Carpena.
Estados Unidos mantiene su dominio en la categoría. Sumó su sexto oro en otras tantas ediciones del Mundial. Con este nuevo triunfo, su balance en estos torneos es de 44-0. Que España le metiera el miedo en el cuerpo a un equipo que parece invencible ya fue un logro extraordinario. Promediaba 103 puntos y la defensa española le dejó en 79. Meritorio. No suficiente ante un despliegue físico colosal: 20 rebotes ofensivos, 31 puntos a la contra, 28 después de pérdida, 25 balones extraviados por los jugadores locales.
España puso en práctica su plan de partido desde el inicio y salió a la perfección: una eficiente defensa que alternaba zonas y provocaba cortocircuitos en el ataque de Estados Unidos, incapaz de acertar desde el triple. Almansa, elegido MVP del torneo, cargaba el rebote ofensivo y Hugo González sacaba ventajas en cada ataque. Incluso se permitía hacer un mate brutal, una de las jugadas del torneo. Un triple de Marí puso siete puntos de renta (18-11) ante unos americanos que pisaban terreno desconocido: ir por debajo en el marcador y no estar cómodos.
