7 de cada 10 españoles con edades comprendidas entre los 6 y los 18 años presentan puntuaciones medias- altas de ansiedad por el confinamiento. Esta es una de las conclusiones extraídas de la investigación “Consequences of COVID-19 Confinement on Anxiety, Sleep and Executive Functions of Children and Adolescents in Spain” en la que participa la Dra. Rocío Juárez Ruiz de Mier, neuropsicóloga y psicóloga infantil del Hospital Vithas Xanit Internacional, y que ha sido desarrollada por la Dra. Rocío Lavigne Cerván, de la Universidad de Málaga conjuntamente con el Dr. Ignasi Navarro de la Universidad de Alicante. Este estudio ha sido publicado por la prestigiosa revista Frontiers in Psychology.
“Para llegar a estas conclusiones hemos contado con una muestra de 1.028 niños residentes en España con edades comprendidas entre los 6 y los 18 años. La metodología de trabajo ha consistido en la difusión de una encuesta anónima realizada por sus progenitores en las que se analizaban aspectos como la ansiedad, el sueño y otras funciones cognitivas como la flexibilización o la organización”, explica la psicóloga infantil.
El objetivo de este estudio era valorar el impacto psicológico que la situación de confinamiento provocó en los más pequeños. “Desde nuestras consultas online estamos observando que debido a la pandemia los niños están sufriendo un cambio de hábito de manera brusca, y aunque los padres hacen un gran esfuerzo, es inevitable que muchos niños sientan desánimo, miedo y cambios en sus hábitos de vida, viéndose perjudicado su bienestar”.
“Los resultados de este estudio ponen de manifiesto que, de una muestra de 1.028 niños y adolescentes, el 66.9% y el 67.9% presentan puntuaciones medio-altas en ansiedad. En relación al sueño, un 40% manifiesta puntuaciones medias, un 36.4% altas y tan solo un 23.6% bajas. Y en referencia a funcionamiento ejecutivo, que está relacionado con la capacidad para planificarse y organizarse, autorregular sus emociones, gestionar bien el tiempo, solucionar problemas, motivarse, adaptarse a las distintas circunstancias e inhibir conductas no apropiadas…, encontramos que entre un 67.1% y un 68.3% de los niños y adolescentes muestran puntuaciones medias-altas”, explica la Dra. Rocío Juárez.
Con el objetivo de comprobar la existencia de diferencias en cuanto al sexo, tal y como muestran los resultados analizados, ser hombre o mujer no determina en la población estudiada que se presenten más o menos problemas de ansiedad, ni de sueño. Sin embargo, sí se encuentran diferencias estadísticamente significativas en funcionamiento ejecutivo, a favor de las mujeres. Es decir, la información obtenida sobre los niños y adolescentes varones muestra que presentan una mayor afectación para planificarse y organizarse, ser capaces de autorregular sus emociones, gestionar bien el tiempo, solucionar problemas, motivarse, adaptarse a las distintas circunstancias e inhibir conductas no apropiadas.
Con respecto a la variable edad, los datos arrojan diferencias entre los grupos. Por un lado, el grupo de preadolescentes y adolescentes obtiene niveles de ansiedad más elevados, mientras que, en el sueño, los adolescentes son los que muestran puntuaciones más alarmantes. Los resultados indican también que los adolescentes, a diferencia de los niños y preadolescentes, muestran dificultades significativas relacionadas con el sueño.
“Estos datos sugieren que la situación de confinamiento motivada por la actual pandemia puede estar afectando a la ansiedad en la población de 6 a 18 años, lo que a su vez puede afectar al sueño y repercutir negativamente al funcionamiento ejecutivo. No obstante, tanto el estado de ansiedad, como las alteraciones de sueño y alteraciones en el funcionamiento ejecutivo, pueden variar con el tiempo y fluctuar en intensidad, y más aún en esta situación”, explica la Dra. Juárez.
Además, añade que “no cabe duda de que, durante el confinamiento, a consecuencia de la pandemia actual, estamos detectando cambios en la salud mental de los niños y adolescentes de 6 a 18 años por lo que recomendamos que todos los niños y adolescentes que durante la post pandemia presenten síntomas de ansiedad, depresión, problemas de sueño, alteraciones ejecutivas, entre otros, tengan un seguimiento psicológico o psicopedagógico”.
“Si durante la pandemia estos síntomas son detectados, tenemos que hacer algo para evitar llegar a la post pandemia en esta situación, para ello se recomendaría aplicar programas de prevención tanto con los niños como con sus familias de cara a paliar los síntomas o a prevenir la aparición de síntomas más agudos. Se deberían de implantar urgentemente programas que ayuden a prevenir y/o tratar los problemas que la pandemia por covid-19 pueda generar sobre la salud mental de nuestros pequeños y jóvenes”, finaliza.