El pasado sábado se realizó en el Hospital Vithas Málaga la primera cirugía de descompresión orbitaria en un paciente con orbitopatía tiroidea. Esta patología oftalmológica se produce principalmente en personas que, a su vez, padecen la Enfermedad de Graves-Basedow, afectando más frecuentemente a mujeres jóvenes. En ella se produce una inflamación que, entre otros síntomas, se traduce en un hinchamiento de parpados y ojos, así como el enrojecimiento y dolor de estos últimos. En cuanto a las secuelas de esta patología, éstas pueden ir desde algunas como párpados más abiertos de lo normal o con acumulación excesiva de grasa, hasta otras más graves como exoftalmos u ojos salidos hacia fuera, estrabismo o visión doble. Todo ello, como es lógico, incide directamente en la calidad de vida del paciente, llegando incluso a generarle alteraciones de carácter emocional.
La intervención fue llevada a cabo por el Dr. Francisco Zamorano, integrante de la Unidad de Oftalmología del Hospital Vithas Málaga, quien además está especializado en cirugía oculoplástica, cirugía de vía lagrimal y cirugía de órbita. El especialista recalca que “la principal secuela de una orbitopatía tiroidea es el cambio en el aspecto físico del paciente. Este se produce, sobre todo, por la apertura excesiva del párpado superior y por exoftalmos o protrusión del globo ocular, lo que le confiere al rostro una expresión continua de asombro o susto. Si esto ocurre en alguien que ya tiene problemas previos de tiroides, el diagnóstico es relativamente sencillo. El reto -prosigue- es detectarlo cuando las alteraciones oculares se producen antes que las tiroideas, lo que puede requerir analíticas y pruebas de diagnóstico por imagen. Por ello, es crucial detectar estos casos lo antes posible para remitirlos al endocrino y que este establezca un tratamiento para el tiroides”.
¿En qué consiste la cirugía de descompresión orbitaria?
El tratamiento de esta enfermedad depende de la fase en la que se encuentre el paciente. La fase activa se trata con fármacos, mientras que la fase inactiva (las secuelas) se trata con cirugía. En este último caso, la descompresión orbitaria “consiste en hacer más espacio en órbita para que pueda acoger dentro un mayor contenido y que los ojos puedan volver a su posición normal. Esto se consigue eliminando una o varias de las paredes de la órbita”, explica el doctor Zamorano.
La cirugía de descompresión orbitaria se lleva a cabo con anestesia general y con ingreso hospitalario que no suele superar las 24 horas. “Tras esta cirugía, pueden realizarse otras intervenciones en los párpados para devolverles su posición y forma habitual, como por ejemplo una cirugía para la retracción del párpado superior o una blefaroplastia. Lo importante es planificar una cirugía individualizada para optimizar los resultados”, concluye el especialista.