La Diputación de Málaga, a través de la marca promocional Sabor a Málaga, impulsa un año más el concurso fotográfico ‘La moraga y el espeto de sardinas’, organizado por las asociaciones La Carta Malacitana y Marbella Activa, que celebra su cuarta edición.
Así lo ha dado a conocer hoy el vicepresidente cuarto de la Diputación, Manuel Marmolejo, junto al presidente de la Carta Malacitana, Antonio Carrillo, durante la presentación de esta iniciativa que también cuenta con la colaboración del Instituto Europeo de la Alimentación Mediterránea (IEAMED) dependiente de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía y la Mesa del Espeto, formada por el Círculo de Empresarios de Torremolinos, la Asociación de Empresarios de Playa de la Costa del Sol y la Asociación de Espeteros, además del patrocinio de Cervezas San Miguel.
El vicepresidente cuarto ha recordado que el objetivo de este concurso es “reunir material gráfico para difundir y poner en valor el saber tradicional de la elaboración del espeto y la fiesta de la moraga como manifestación cultural asociada”.
“Pocas cosas hay más malagueñas y más fotogénicas que un espeto, y con este concurso queremos exponer su belleza”, ha expresado Marmolejo, que ha explicado que en el concurso “confluyen dos ideas: por un lado, la propia elaboración del espeto, como manifestación gastronómica popular de la Málaga marinera; y, por otro, la celebración social que se produce en torno al espeto, es decir, las reuniones, fiestas y encuentros que se propician alrededor del fuego en la playa mientras un moraguero hace su trabajo”.
En este sentido, Marmolejo ha recordado que la Diputación, junto a otras instituciones, impulsó la candidatura para que la UNESCO reconociera el espeto como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Y es que la elaboración de las sardinas en espeto forma parte del acervo cultural malagueño, no solo como una manifestación de su gastronomía popular más ancestral que se sirve como plato en numerosos establecimientos de playas, sino como una verdadera mescolanza entre una técnica y un saber tradicional de la gente de la mar —la Málaga marenga—, y la celebración social en torno al espeto, la moraga, una fiesta popular donde el grupo se reúne alrededor del fuego en la arena de la playa mientras un amoragador o moraguero asa las sardinas ensartadas en las cañas al calor de las brasas. Una expresión cultural en torno al espeto que forma parte de una cultura mediterránea abierta y festiva.