Más del 60% de los estudiantes del III Campus de Inmersión Rural para Jóvenes ante el Despoblamiento se plantea emprender en un pueblo y el 96,3% de los jóvenes participantes ha cambiado su percepción positivamente sobre las oportunidades que brindan los pueblos malagueños.
El III Campus de Inmersión Rural para Jóvenes ante el Despoblamiento, organizado por la Diputación de Málaga y la Universidad de Málaga, finalizó en el mismo punto donde comenzó, el centro de innovación social de La Noria de la institución supramunicipal, después de que los 30 estudiantes universitarios de diversas carreras y de grados superiores de formación profesional, entre los 18 y los 35 años, hayan recorrido más de 580 kilómetros durante una semana para disfrutar de una aventura formativa. En este camino han podido descubrir las potencialidades de 8 municipios, demostrando el empuje de los pueblos malagueños para poner en marcha iniciativas de emprendimiento, sobre todo, en municipios afectados por la despoblación de la Axarquía y del Valle del Genal, en la Serranía de Ronda.
La vicepresidenta segunda y diputada Innovación Social, Despoblamiento, Educación y Juventud de la Diputación, Natacha Rivas, ha afirmado que se ha conseguido que la gran mayoría de los jóvenes participantes haya cambiado su percepción a positivo sobre las oportunidades que brindan los pueblos malagueños. «Del total, un 70,4% está valorando un desarrollo profesional en el entorno rural, el 22,2% ha manifestado su intención de trabajar en municipios del interior y un 63% se plantea la opción de emprender en un pueblo”, ha explicado.
Según Rivas, esta experiencia “ha sido una puesta en valor del territorio sin parangón y una experiencia de muy inspiradora para fomentar el espíritu de emprendimiento juvenil y la capacidad por innovar, ya que como valor añadido cada participante aprendió durante el recorrido de interesantes aportaciones que podrán aplicar a sus campos de estudio específicos. Asimismo, el 100% del alumnado nos ha manifestado su alto interés por lo que nos motiva para que seguir organizando próximas ediciones”.
Esta iniciativa, que se celebró del 4 al 8 de julio, ha pretendido captar el talento de los estudiantes para aplicarlo al medio rural de la provincia de Málaga, especialmente en zonas despobladas. De este modo, esta tercera edición del campus ha puesto en valor la relevancia de la uva moscatel como patrimonio agrícola sin parangón, la apuesta por la concienciación medioambiental de las empresas, cómo la arquitectura puede tener una perfecta simbiosis con el entorno basada en la bioclimatización sostenible y respetuosa con el medio ambiente o los modelos de emprendimiento como reclamo para un turismo rural experiencial de calidad, “con lo que le hemos brindado la oportunidad a los jóvenes a que abran su campo de visión para su futuro laboral y proyecto de vida más allá de la ciudad”.
Una ruta que ha llevado al alumnado a realizar un paseo por la Axarquía descubriendo ejemplos de buenas prácticas en El Borge, Algarrobo, Moclinejo y Salares; aprender el desafío de altura que supone el Caminito del Rey o conocer buenas prácticas en Jubrique, Algatocín, Benalauría y Almargen, en el Valle del Genal de la Serranía de Ronda y de la comarca de Guadalteba. Pueblos en los que se desarrollan proyectos sobre ecoturismo experiencial o sobre educación ambiental y en valores sociales para el avance de la comunidad local.
Como complemento a la experiencia, en el mes de septiembre, el Servicio de Educación y Juventud de la Diputación organizará tres jornadas en las que, en colaboración con la UMA, se abordarán temas de actualidad como el agroturismo, energías renovables, nuevas tecnologías o empleabilidad de la mano de profesionales de cada sector que trabajan en el medio rural.
Valoración de los participantes
El 100% de las respuestas obtenidas afirman que este proyecto de la Diputación Provincial de Málaga, en colaboración con el Vicerrectorado de Empresa, Territorio y Transformación Digital de la Universidad de Málaga, debe continuar con nuevas ediciones, ya que ha posibilitado que la realidad rural se acerque a un grupo de jóvenes, muchos de ellos sin vinculación precedente con municipios pequeños.
Las tres experiencias más valoradas entre los jóvenes participantes han sido la visita a las bodegas Dimobe (Moclinejo), el proyecto Benalauguía (Benalauría) y el Caminito del Rey y, entre los alojamientos, Benarrabá Hostel.
Entre los aspectos que han destacado los estudiantes que han participado en este III Campus destacan la diversidad de proyectos con gran potencial que pudieron conocer que les ha permitido tener una visión más amplia sobre las necesidades y riqueza del territorio y los posibles nichos de mercado asociados, así como el enfoque al desarrollo sostenible y a las actividades para mejorar la imagen, la difusión del patrimonio arquitectónico, cultural y turístico que los hace únicos así como la puesta en valor de los productos locales de los pueblos de Málaga y su proyección internacional.
“En definitiva, aprender de las experiencias de emprendimiento y tener una concienciación del potencial del mundo rural de la provincia de Málaga como campo de innovación”, ha concluido Rivas.