Manuel Cardeña, presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental y de la empresa pública de aguas ACOSOL, presidió ayer una reunión con los alcaldes de la Costa del Sol Occidental para abordar de forma conjunta las nuevas medidas de ahorro de agua que acaba de decreta el Comité de Gestión de la Sequía de la Demarcación Hidrográfica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas.
Cardeña ha señalado que, “de forma urgente los municipios que componen la Mancomunidad nos hemos reunido para tratar ese aumento de los objetivos de ahorro de un 20 por ciento de agua que el pasado viernes marcó el Comité de Gestión de la Sequía”. Todos los municipios, continuó el presidente, “han mostrado su compromiso de conseguir ese ahorro. Para ello, vamos a promulgar un bando único para todos los municipios para que pongamos en marcha las mismas iniciativas, reduciendo el consumo en riegos y baldeos y también poniendo en marcha la utilización máxima del agua regenerada”.
Cardeña concluyó afirmando que “ese es el objetivo de todos los municipios y ese es el futuro en los próximo meses, intentar ahorrar el máximo de agua para que el pantano y la desaladora puedan garantizar el suministro”.
El presidente de la Mancomunidad se mostró satisfecho de que la institución se articule “como el eje común de los municipios de la Costa del Sol, un lugar donde encontrarnos y buscar soluciones desde la unión y la solidaridad entre todos”.
Por su parte, Matilde Mancha, consejera delegada de ACOSOL, explicó a los representantes municipales que la empresa pública de aguas “dispone de los medios materiales y humanos para llevar a cabo cualquier labor que se nos encomiende para ayudar a cumplir los objetivos que se han establecido”.
El Comité de Gestión de la Sequía de la Demarcación Hidrográfica de la Costa del Sol Occidental ha decidió el pasado viernes que la comarca ha superado el umbral de escasez grave, procediendo a la declaración de excepcional sequía en este sistema. Se activaron, por lo tanto, los planes de ahorro de agua con el objetivo de alcanzar al menos un 20 por ciento de reducción en el uso de abastecimiento urbano, manteniéndose las medidas implantadas para el aprovechamiento máximo de las aguas regeneradas para el riego de zonas verdes o la limitación del uso de agua potable en riegos y baldeos.