Intervención de Elías Bendodo al recibir la Medalla de Oro de la Provincia

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Intervención de Elías Bendodo al recibir la Medalla de Oro de la Provincia
Intervención de Elías Bendodo al recibir la Medalla de Oro de la Provincia

Buenas tardes a todos: presidente de la Diputación, Francisco Salado; alcalde de Gaucín, Pedro Godino; delegada del Gobierno, Patricia Navarro; concejales de la corporación, diputados, alcaldes, premiados y amigos.

En primer lugar, gracias. Gracias por este reconocimiento. No pueden imaginarse lo que me honra y me ilusiona recibir la medalla de oro de la provincia de Málaga.

Tuve el gran honor de presidir este acto en siete ocasiones, durante el tiempo que fui presidente de la Diputación Provincial de Málaga, un cargo que asumí con orgullo en junio de 2011 y que desempeñé durante siete años y medio hasta que acepté un gran reto: formar parte del equipo de Juanma Moreno en el Gobierno del cambio de la Junta de Andalucía.

Cada 26 de abril siempre noté la emoción y el orgullo de los galardonados al recibir esta distinción.

Hoy vuelvo a este acto con una sensación de extraña emoción: esta vez estoy en el otro lado, en el de los reconocidos. Para mí supone un tremendo orgullo estar junto a personas e instituciones que son un ejemplo de esta Málaga pujante.

Insisto, me enorgullece recibir esta medalla de oro al mismo tiempo que gente con tanto talento como María Peláe; Miguel Ángel Herrera o instituciones como el Aeropuerto de Málaga o la Liga de Jábegas.

Y por supuesto, quiero mostrar mi apoyo al pueblo ucraniano, representado hoy en la figura de la cónsul en Málaga, Svitlana Kramarenko.

Los años que estuve al frente de la Diputación fueron ilusionantes y fructíferos. Y tuve la oportunidad de rodearme de un gran equipo de personas y magníficos profesionales con los que cuenta esta institución.

Fue un periodo en el que, por encima de todo, conseguimos afianzar a la Diputación de Málaga como una institución moderna y eficaz, y demostramos que las diputaciones, tantas veces vilipendiadas, son muy necesarias, especialmente para los municipios más pequeños.

Yo soy un municipalista convencido. Y pese lo que se ha dicho muchas veces, si las diputaciones no existieran, habría que inventarlas.

Quiero recordar una frase de un expresidente (socialista) de la Diputación de Málaga: Salvador Pendón, que dijo el día de la colocación de su cuadro en la galería de expresidentes: “el objetivo de todos los políticos debe ser lograr entenderse en los grandes temas”. Y no le falta razón.

Eso es precisamente lo que hemos hecho desde el Gobierno andaluz.

La gente quiere que los políticos nos entendamos y lleguemos a acuerdos…

Yo no concibo la política -ni la vida- sin diálogo, sin vocación de entendernos con los que podemos tener diferencias o pensar de forma distinta.

Por eso, no quiero desaprovechar esta oportunidad para agradecer a los alcaldes la colaboración y el talante de diálogo que mantuvieron durante los años que estuve al frente de la Diputación y el esfuerzo y la dedicación de todo el personal de esta casa.

Y por supuesto, valorar la labor de todos los miembros de los equipos de gobierno que estuvieron durante aquella época y que trabajaron hasta la extenuación para que todos los proyectos se convirtieran en realidad.

Proyectos tan significativos como El Caminito del Rey, la Gran Senda Litoral; la apuesta decidida por el potencial de la industria agroalimentaria gracias a ‘Sabor a Málaga’. Centros como La Térmica, referente nacional de cultura contemporánea, o La Noria, en innovación social. Todas estas iniciativas han servido para colocar a Málaga como referente.

Quiero mostrar igualmente mi agradecimiento al presidente de la Diputación, Francis Salado, que está haciendo un gran trabajo.

Acabo ya. Siempre he dicho que, con las medallas de la provincia, la Diputación distingue a quienes nos hacen mejores, a quienes nos motivan, a quienes nos lideran, a quienes nos inspiran.

Si por alguna de estas razones me han concedido la Medalla de Oro de la Provincia, no puedo más que estar agradecido. Y lo asumo como un mandato para seguir trabajando por Málaga.

No hay mayor honor que ser reconocido en tu tierra.

Málaga para mí lo es todo, porque me lo da todo.

Muchas gracias.

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