El alcalde, Juan Antonio Lara, ha presidido el acto de inauguración de la muestra, que está comisariada por Oliva María Rubio, en colaboración con La Fábrica, y que lleva al visitante a contemplar provincias de la España en blanco y negro.
Alberga imágenes míticas de Madrid y Barcelona, la Gran Vía o el Metro, además de los retratos de figuras como Salvador Dalí o Joan Miró.
El alcalde de Benalmádena, Juan Antonio Lara, acompañado de la edil de Cultura, Jésica Trujillo, ha inaugurado este viernes en el Centro de Exposiciones de Benalmádena Costa la muestra ‘Català-Roca. La lucidez de la mirada’, que estará abierta al público de manera gratuita hasta el 25 de abril. La exposición reivindica al artista como una de las figuras fundamentales de la fotografía humanista documental de la posguerra española, padre de la generación que renovó el lenguaje fotográfico y un referente para la generación posterior.
La muestra, organizada en colaboración con La Fábrica, llega por primera vez a Andalucía. Comisariada por Oliva María Rubio, en colaboración con La Fábrica, presenta una selección de 81 fotografías-imágenes del autor procedentes de los fondos del Archivo Fotográfico del Collegi d’Arquitectes de Catalunya, acompañadas por dos videos, otro documental y diferentes publicaciones del autor.
El alcalde ha destacado la gran calidad de esta muestra, toda vez que ha invitado a vecinos y visitantes a disfrutar de esta exposición “en pleno corazón de la Costa, donde queremos que este espacio se convierta en un enclave de referencia cultural en la provincia y Andalucía”.
Tras agradecer el gran trabajo realizado por el área de Cultura por traer obras del autor a Benalmádena, ha subrayado que el objetivo del gobierno municipal no es otro que traer exposiciones de este tipo y preparar otras nuevas con obras de Picasso y autores de referencia nacional e internacional. Este es el caso de la exposición de Francesc Català-Roca, “una referencia de la historia visual de España”, subrayó Juan Antonio Lara.
El fotógrafo fue capaz de retratar con su particular mirada a las gentes, la cultura, las tradiciones y modos de vida de un país que empezaba a recuperarse de los estragos de la guerra civil española y se volcaba en el deseado cambio económico y el desarrollismo. Las instantáneas del fotógrafo catalán convierten al espectador en testigo de una época, de una España en blanco y negro.
Junto a las imágenes míticas de Madrid y Barcelona, la Gran Vía o el Metro de Madrid, además de los retratos de figuras como Salvador Dalí o Joan Miró, la exposición acerca al visitante a disfrutar de un recorrido por diferentes provincias españolas. Además, presenta un capítulo menos conocido en su trayectoria, su trabajo a color y obras desconocidas e inéditas durante su estancia en Nueva York.
El estilo del autor
El estilo personal de Català-Roca se consolida en los años 50, distinguiéndose por una mirada propia que se manifiesta en el manejo de la posición de la cámara con encuadres precisos que evitan la frontalidad; la utilización de picados y contrapicados; el dominio de la luz y del claroscuro; la búsqueda del equilibrio y la introducción del dinamismo.
Su trabajo, multidisciplinar, no se reduce a la fotografía documental humanista, sino que también desarrolla un importante corpus de la dedicado a la arquitectura, retratos, lo industrial, la cerámica y la artesanía, arte y retrato. Dentro de su producción audiovisual, Català-Roca realizó numerosos documentales entre los que destacan La ciudad condal en otoño (1951), Piedras vivas (1952) o Salineros de Ibiza (1954), o los dedicados a Miró y Artigas (1970), cuya reproducción incluye la exposición actual.