Uno de los grandes enigmas de este curso en Los Guindos es el estancamiento de Yannick Nzosa. El congoleño vive en un pequeño impasse por varias circunstancias, alargado más de la cuenta por la montaña rusa en la que vive el Unicaja. En Los Guindos se está teniendo paciencia con el chico… y así va a seguir mientras la NBA no llame a su puerta. Aún con su futuro en el aire, el pívot es uno de los ‘fichajes’ para tapar las grandes carencias de los cajistas en el juego interior. Su actuación frente a Baskonia del sábado dejó luces y sombras.
El de Kinsasa protagonizó la mejor acción del partido, todas las virtudes del canterano en una sola jugada: corriendo la pista en transición y finalizando un contraataque con un gran mate a una mano. Recordó al mejor Yannick Nzosa y el porqué aún se mantiene como uno de los grandes talentos del baloncesto mundial pese a su año gris. Ahora afronta un final de temporada duro para su equipo, con pocas aspiraciones deportivas, pero sí muy importante en lo personal para recuperar sensaciones.
Disputó tan solo nueve minutos, solo esa canasta y un -9 con él en pista, con un papel insignificante en ambos lados de la pista. Le vimos incluso lanzar dos triples, novedad en las últimas semanas. Pero donde Ibon Navarro tiene grandes esperanzas en Nzosa es en la parcela defensiva. De hecho, en Estados Unidos hay voces que comparan al congoleño a Serge Ibaka por esas condiciones intimidatorias. Antes de cruzar el Atántico, debe dejar su firma en Málaga.