El 15 de diciembre; hasta ese día no jugará el Unicaja ante su público. Casi un mes sin pisar el parqué del Carpena; entre el parón de las selecciones y las dos jornadas seguidas que los malagueños afrontan como visitante: Betis y Real Madrid. Ahora más que nunca, toca dar un paso adelante lejos de la Costa del Sol, y no hay mejor escenario posible que un derbi andaluz, con todas las novedades que se presentarán el próximo domingo en San Pablo. Después una visita al Wizink Center para vérselas ante un Real Madrid, que suma hasta hoy nueve triunfos consecutivos contando Liga Endesa y Euroliga; una dura prueba, pero no deja de ser una cita crucial para los malagueños si quieren estar en Granada.
Será el momento de regresar a casa. Al Unicaja le esperará el Nizhny Novgorod en competición continental; para luego recibir al Joventut. Un calendario de vértigo que no da lugar a reflexiones, ni pensar más allá de la próxima semana. Ya lo comentaba Kastsikaris hace unos días en el micrófono rojo: «Siempre trato de mirar al siguienteEstamos en la lucha muchos equipos. Cada partido será muy duro. Sin presión no puedes llegar a ningún lado. Con un mal resultado te puedes quedar fuera; en esa situación estamos muchos equipos».
Lo bueno se hace esperar; ese tópico esperará cumplir el Unicaja, que ojalá la próxima cita en el Carpena sea para certificar la clasificación para la siguiente fase de la Basketball Champions League; y ante el Joventut el pabellón tenga el ambiente de las grandes citas para estar en Granada. Antes tocará ganar en Sevilla.