El Unicaja mide sus prestaciones este domingo ante el Valencia Basket en el Carpena (13:00). Mejor cartel imposible, sobre todo para el aficionado cajista, siempre especial el recibir al conjunto taronja en un Palacio donde se respirará una atmósfera espectacular. La cita lo requiere. Necesitan los de Ibon Navarro una prueba de este nivel para dilucidar si se puede aspirar a dar otro paso más. No solo ante los valencianos, ya que el calendario empieza a empinarse hasta la Copa del Rey de Badalona, como última parada ese duelo ante el Barça. Pero antes hay partidos de máximas exigencias para los malagueños, y el de este mediodía es de primerísimo nivel por la complejidad del adversario, de los mejores equipos de Europa.
Un Valencia Basket que llega al Carpena en el mejor momento del curso, después de que Álex Mumbrú haya sido capaz de reconducir el rumbo de un proyecto que pintaba feo hasta hace pocas semanas, aquello de las dinámicas. Tuvo paciencia la familia Roig con el joven técnico catalán, y la jugada no ha podido salir mejor. Seis victorias consecutivas entre ACB y Euroliga, algunas de reputación como ante el Anadolu Efes en La Fonteta o en Berlín el pasado jueves. Pese a que el Unicaja ganó de forma sólida en el partido de ida, es un equipo con una cara opuesta en comparación al pasado mes de noviembre, además con cambios reseñables en su plantilla, de muchos quilates.
Y eso que los naranjas no podrán contar con Jasiel Rivero y Bojan Dubljevic, dos bajas que dejan el juego interior en cuadro. Habrá que poner la lupa en la pintura, sin duda una de las claves para que el Unicaja pueda imponerse. Tampoco estarán Martin Hermannsson o Sam Van Rossom, ausencias de larga duración. Pero como todo equipo de Euroliga, hay recursos para mantener el nivel en la rotación. Llegó hace unos días Shannon Evans, en un movimiento que debería causar impacto en la competición. Víctor Claver, James Webb III (tanteado por el Unicaja en verano), los campeones de Europa Jaime Pradilla o López Arostegui, Klemen Prepelic… el abanico de jugadores, de calidad, es amplísimo. En línea ascendente en todas las competiciones, es un equipo que debería estar en su sitio en mayo, por lo que podría ser rival directo del conjunto cajista en esos puestos de privilegio.
Todo lo contrario para este Unicaja, algo más estable que hace unas semanas después de algunos problemas físicos que dejaron mermada la rotación. Ibon Navarro tendrá a los doce jugadores listos para una dura batalla, tal y como definía Djedovic en la previa. El partido ante el AEK no fue brillante, lejos de ese nivel excelso que se ha mostrado por momentos en la primera mitad de temporada. El guion ante Valencia se antoja bien distinto, no va a servir con los argumentos del pasado miércoles en BCL. Además, el conseguir un triunfo de esos gordos, que te catapultan, ante uno de los grandes, lamentablemente, del baloncesto continental. Y en el Carpena. Se estuvo cerca ante el Real Madrid, en la segunda vuelta habrá más oportunidades.
Se da por descontado que la Marea Verde va a responder a un partido de estas características. Este sábado por la tarde solo quedaban 600 entradas por vender, por lo que el lleno está garantizado. Si el público se muestra igual de enérgico y metido que en los últimos precedentes, el Unicaja tendrá mucho ganado, y es uno de esos días donde hay que dejarlo todo. Seguir asentando esa simbiosis equipo-afición. Un partidazo el que se nos viene. Vienen curvas.
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