Tras solventar con muy buena nota el estreno liguero, el Unicaja ya apunta a la BCL, otro de los grandes objetivos del club y donde se defenderá la corona europea; un buen estímulo para una plantilla hambrienta, con dos títulos ya en el bolsillo pero con ganas de más. El primer partido, en una Fase de Grupos aparentemente asequible, ante el Filou Oostende en Bélgica (martes a las 20:30 horas). Un viejo conocido del conjunto malagueño en BCL y un clásico en las primeras rondas. El Oostende fue rival en BCL durante aquel curso 21/22 calamitoso, en esa temporada se produjo el desembarco en la competición FIBA, cada vez con mayor empaque aunque por debajo del escalafón actual del Unicaja. En la habladuría baloncestística como uno de los equipos más potentes actualmente del continente.
Llega lanzado el Unicaja a Bélgica, no tanto el Oostende, un primer rival herido para arrancar. Perdió en su último partido de liga, la BNXT League (equipos de Bélgica y Holanda) ante el Mechelen (75-79). Una sorpresa mayúscula, como si Real Madrid o Barça cayeran ante un rival de la zona baja de ACB. Oostende viene ganar de esta competición, además de trece títulos consecutivos en Bélgica. Compatibiliza BCL, esa liga agrupada con los equipos holandeses y la nacional. Muy acostumbrados a ganar y a contabilizar pocas derrotas a lo largo del curso. Formó parte del bombo 2 en BCL, que habla de su tradición en la competición. Muy favorito el Unicaja en ese Grupo B y todo muy abierto en esas plazas de play in, completado por el King Szczecin polaco y el Petkim Spor de Turquía.
Un bloque de jugadores belgas, por ejemplo el ex ACB Pierre-Antoine Gillet. Más el sustento de varios jugadores estadounidenses, talentosos y que elevan el nivel, caso de Chase Audige, fichado este verano desde la G-League, escolta con muchos puntos. Está en construcción, de ahí la explicación de una derrota sorprendente.