Norris Cole vuelve a estar en el ojo del huracán. El base fue uno de los grandes culpables para no culminar la remontada ante el Joventut; y no es la primera vez que el estadounidense queda señalado. En la retina de los aficionados cajistas aún perdura aquel final ante Fuenlabrada, además de las críticas desde el club. Su último minuto de ayer va a traer cola.
La primera acción que deja retratado al ’30’ es la canasta de Guillem Vives: el base de la Penya, tras bote, se frena intentando buscar la falta; Norris Cole trata de evitar el contacto y en esas décimas aprovecha para levantarse y darle medio triunfo al Joventut en el Carpena. La canasta del partido, pero algo fomentada por su defensor.
Segundos antes, con el Unicaja uno abajo (71-72), el estadounidense tuvo la oportunidad de poner a su equipo por delante, desde el tiro libre. Falló el primero y anotaría el segundo; un jugador que está rozando el 80% desde la personal en Liga Endesa. Quizás resultó ser causa-efecto: bajar a defender sabiendo que has tenido en tus manos poner a tu equipo por delante tras remontar veinte puntos.
En el último ataque para forzar la prorroga o ganar, Carlos Suárez falló el triple decisivo. Rebote ofensivo, con quince segundos por jugar y el balón le llega a Norris Cole: el estadounidense no sabe qué hacer y se juega un lanzamiento muy forzado, con la mano de Derek Willis encima. Se quedó muy corto y ahí ya se esfumaron las opciones del Unicaja.
Tres episodios negativos, y en todos ellos estuvo involucrado Norris Cole. El base estuvo desacertado desde el salto inicial: 4/11 en lanzamientos, 3 de valoración y un -8 con él en cancha. Para muchos, error de Katsikaris cargar tanta responsabilidad a un jugador que resta en los momentos importantes de partido. Ayer fue otro ejemplo, y seguro que vendrán más.