Nueva entrega de ‘Marca Basket, 40 años en verde y morado’, patrocinada por la Fundación Unicaja. Hoy es el turno de Nacho Rodríguez, leyenda del baloncesto nacional, y para muchos el mejor malagueño de la historia en el deporte de la canasta.
Unicaja actual. «Creo que ningún aficionado, no solo malagueño, que siga la actualidad del club, pensaba que la temporada iba a ir tan mal. Viniendo de las urgencias de las últimas temporadas, tenía que tomar medidas cuando los resultados no acompañaban. Es cierto que en estos dos partidos se ha visto a otro equipo, una ilusión distinta, incluso diferente relación entre jugador y entrenador. Ibon Navarro es un entrenador que me gusta, que lo he seguido. En los cuatro años que estuve en Barcelona me he enfrentado a su Morabanc Andorra varias veces. Es un entrenador moderno, con un baloncesto en defensa físico, de contacto, y en ataque no especula. Tiene conocimientos y experiencia, también llega muy bien a los jugadores. Es un acierto. No sé cómo termina la temporada porque en ACB está difícil, pero al menos hacer un buen papel en la BCL».
Un baloncesto actual muy diferente al de antes. «Sin duda. Ahora es mucho más atlético, físico, duro. Muy parecido a lo que hacía Ibon en Andorra. Antes habían algunas posiciones que podían ser más físicas, de cinco o cuatro, pero en mi caso, bases directores ya no hay. Ahora se buscan físicos y anotadores, que hagan de todo. Y si son grandes, mejor. Vimos la final de Copa el otro día y tanto Madrid como Barça practicaron ese baloncesto físico y que predominan las defensas sobre el ataque».
Decisión de elegir entre Maristas o Caja de Ronda. «Estaba en San Estanislao. Juanma, mi hermano, jugaba en Maristas y eso influyó bastante. Hablando con Pedro Ramírez me convencieron. Esos dos factores hicieron que me decantara con Maristas. Fiché en juveniles, con 16 años, y creo que fue una decisión acertada porque luego subimos a ACB y se produjo la fusión».
Debut con Javier Imbroda. «Le debo todo porque con 17 años, siendo junior de primer año, confió en mí y debuté en la ACB. Me lesioné pero siguió confiando. No solo en el tema profesional, junto a Pedro (Ramírez), fueron una guía en aquellos momentos. Recuerdo tener muchas conversaciones con Javier, muchos consejos y evidentemente con esa edad siempre lo he considerado un segundo padre. Fue muy importante en mi aprendizaje, tanto a nivel personal como profesional».
Subcampeonato de la 94/95. «Hoy en día es impensable juntar a tantos malagueños. Fue la clave. Cada día hay más jugadores extranjeros y comunitarios, y se hace más difícil ver algo así. Pero en aquel año éramos un grupo de malagueños, Gaby Ruiz, Manel Bosch, Alfonso Reyes y tres americanos, jugamos todo una final. Éramos un grupo de amigos que lo pasábamos muy bien, y que teníamos una gran relación dentro pero sobre todo fuera de la cancha. Al final esto es muy importante. Tenemos un claro ejemplo en la Selección Española, que ha tenido una época gloriosa y todos los comentan. Aquel año ayudó muchísimo esa gran relación que teníamos todos».
Cómo cambió el ambiente del Palau en aquella final. «Así es. Lo hemos comentado más de una vez. Ganamos a Manresa y ellos al Real Madrid, parecía que era la final anticipada. Ellos nos aplaudieron en el calentamiento del primer partido y luego en el quinto, el ambiente fue terrible. Se dieron cuenta que queríamos ganar y muy cerca estuvimos».
El Alberto Díaz de aquella época. «Sí, me veo bastante reflejado. Quizás él es un poco más físico que yo, pero tuve dos épocas. En Málaga era más anotador y no tan defensor, en Barcelona me convertí en lo contrario. Sí que me veo reflejado, además en el carácter que imprime en la pista y por sus características, me parecía bastante al Alberto Díaz de hoy. Es muy buen símil».
Si echa en falta ese carácter en la actual plantilla. «Seguro. Creo que Alberto muchas veces lo intenta pero se le ve solo. No conozco el vestuario ni sé lo que pasa, pero desde fuera se echa en falta una ayuda, muchas veces está solo. No creo que sea tan complicado, sobre todo con tantos jugadores nacionales. Es un éxito que Unicaja tenga la base de la selección y esto ha que darle la vuelta, que sea positivo, de cara al compromiso o la implicación. Sobre todo para los que vienen, que no terminan de arrancar ese orgullo o carácter. El hecho diferencial es tener jugadores nacionales».
Impensable que un equipo colegial pudiese llegar a ACB. «Era otra época, otras condiciones de acceder: canon, avales y otros temas económicos. Es verdad que hoy es impensable. En su momento tuvo mucho mérito con dos jugadores norteamericanos que venían de Irlanda, un sitio desconocido. Jacinto Castillo apostó por ello, pero sí, hoy en día sería difícil de creer, por no decir imposible».
Con qué temporada se queda Nacho Rodríguez. «Con esa final que jugamos y luego la consecuencia que tiene: jugar en la Euroliga los años siguientes. Verte con un CSKA o un Olympiacos era un premio al trabajo de tantos años. Me quedo también con el pabellón de Ciudad Jardín, ese ambiente jugando contra los mejores. Empezando a poner el nombre de Málaga en Europa a nivel baloncestístico».
La espinita de no levantar un título. «Está claro que sí. Tenemos que poner en perspectiva quesos éxitos que tuvimos, el objetivo del club esos años no eran ganar la Liga ni la Copa del Rey ni jugar Euroliga. Evidentemente que me habría gustado, y si hubiese visto las condiciones para ganar títulos, por lo que vimos después. Recuerdo al fichar por el Barcelona, a los dos años cuando vino Maljkovic, se construyó el Martín Carpena. Hubo una buena inversión de Unicaja, fichando grandes jugadores, y evidentemente el club dio un salto cuantitativo y cualitativo sobre todo, de jugadores y expectativas a la hora de conseguir resultados, que no eran los que estaba como jugador.
Salida. «Mi principal razón para salir no fue un tema económico, sé que mucha gente me tilda de pesetero, de hecho el Unicaja me ofrecía un contrato muy largo y me igualaba las cantidades. Era una persona que me presionaba mucho y quería ganar títulos y sentir esas exigencias máximas, eso me lo daba el Barça y no el Unicaja. Si hubiera vivido la época de Carlos y Berni, seguramente me habría quedado aquí porque qué mejor sitio que competir en tu casa ante los mejores».
Regreso a Málaga. «No lo pasé bien. Fue hace veintitantos años y lo recuerdo con tristeza sobre todo. Toda mi familia estaba aquí. Mi primer partido en Ciudad Jardín no se lo deseo a nadie, cuando era una decisión puramente deportivo. Todos los dirigentes del club sabían que no era algo económico, sino de expectativas personales, que en aquel momento no me lo daba Málaga. Mucha gente no lo entendió. Mi familia lo pasó mal, hasta el punto de decirles que no fuesen al pabellón. Eran momentos complicados. Me quedo con que un grupo de personas pusimos una semilla para todo lo que vino después, gracias a los éxitos de aquella época y yo era una pequeña parte».
Cosas que debe hacer el club para dar la vuelta a la situación actual. «Es una buena pregunta. Nadie imaginaba lo de este año. Creo que ha sido un cúmulo de cosas: una planificación del equipo algo errónea, no lo digo yo, lo dice todo el mundo, con cromos muy parecidos en diferentes posiciones, en la que para mí ha prevalecido más fichar jugadores que un proyecto de entrenador».
«La época del Barça me dice que el entrenador es capital en cualquier proyecto deportivo, y creo que en otros años la casa se ha empezado por la ventana; fichar jugadores sin tener un entrenador, y el dinero si hay que ponerlo es en el entrenador; después la época de marzo a agosto, no se entendía esa situación porque en esos meses se empezaba a planificar la temporada siguiente. Se tomaron decisiones que no fueron acertadas. Juanma y Antonio están haciendo un buen trabajo, acercando el club más a la ciudad; veo complicado que Unicaja pueda jugar los playoffs, afortunadamente muchos jugadores acaban contrato».