El Unicaja está a punto de oficializar la llegada de Will Thomas; el que sería sexto fichaje en la profunda reconstrucción que están viviendo los verdes. Sin apenas rastro de la plantilla que acabó el pasado curso, salvo los jugadores con contrato en vigor; y que alguno de ellos ha tenido que quedarse porque no había otra salida, caso de Darío Brizuela. Ibon Navarro está viviendo unas semanas muy intensas. Al tanto de los movimientos que se están llevando a cabo en Los Guindos; ya con gran parte de los deberes hechos a mediados de julio. A la espera que lleguen un base, el pívot titular y un quinto jugador interior.
Lo más llamativo de las nuevas incorporaciones, ya contando la de Will Thomas, es que no casan a primera vista con la filosofía de baloncesto del técnico cajista, atendiendo a los equipos de los que ha dispuesto antes de llegar a Málaga. Se cumple eso sí que todos son jugadores que pueden desenvolverse en varias posiciones de la pista, hasta Tyler Kalinoski pese a su condición de tirador. Pero las urgencias en el final de temporada donde las carencias físicas eran evidentes, unido a las plantillas de las que ha dispuesto Ibon Navarro, no han sido motivos suficientes para que Unicaja firmara al menos un jugador que destaque por su físico. Al menos por ahora porque aún quedan tres fichajes más.
Perry, Djedovic, Osetkowski, Kravish, Kalinoski y Thomas. Todos son jugadores de una calidad que no se discute. Sin embargo, no se solventa el gran talón de Aquiles de la temporada pasada y tan importante en el baloncesto actual, tanto en Liga Endesa como en Europa. En Los Guindos saben que el pívot titular debe alejarse de este estereotipo: Augusto Lima por ejemplo encaja en lo que busca la dirección deportiva; o Ángel Delgado, ya fuera del alcance de los verdes pero que gustaba por esa exuberancia física bajo los aros.
Ibon Navarro tiene tarea a partir del 4 agosto, fecha en la que Unicaja arranca la pretemporada y la puesta a punto para la Fase Previa de la BCL. Hay que acoplar a demasiadas piezas en poco margen, pero más difícil era coger al equipo en febrero y el vitoriano aceptó. Un técnico que ha sufrido una metamorfosis en su corto periplo en Málaga.