Axel Bouteille vive sus últimos días como jugador del Unicaja. El francés acaba su vinculación y no va a renovar con el conjunto malagueño. Llegó en enero de 2020 como una de las grandes apuestas para el futuro: los verdes se hacían con uno de los jugadores que más impacto habían causado en Liga Endesa. En Los Guindos se adelantaron a equipos de Euroliga, un jugador que gustaba incluso a Real Madrid y Barça por su juventud y potencial. Ni el más pesimista imaginaba que iba a ser un fiasco. El Unicaja arriesgó y salió cruz, con una ficha casi prohibitiva en la entidad: el mejor pagado de la plantilla y que ahora por suerte sale por la puerta de atrás. Un respiro para las arcas.
Ahora el de Roanne espera propuestas para seguir en la mejor liga de Europa. Su relación con el Carpena ha sido tensa desde que aterrizara en la Costa del Sol. Un rendimiento que nunca ha sido acorde a su salario, en decrecimiento con el paso de las temporadas. La grada dijo basta en la humillante derrota ante Lenovo Tenerife. Además su actitud excesivamente hermética no ayuda. Calidad tiene para marcar diferencias, en Málaga rara vez se ha visto. Cuenta con tan solo 27 años, por lo que el club se arriesga a dejarle salir con la amenaza de que explote en otro sitio.
«Estoy seguro que los que no estén el año que viene, lo van a hacer muy bien y aquí os echaréis las manos a la cabeza… es que son muy buenos«, comentaba Ibon Navarro recientemente. Axel Bouteille es el ejemplo claro. No sería de extrañar que la próxima temporada regrese al Carpena a lo grande. Los precedentes invitan a ello.
Bouteille ha sido el jugador más usado este curso (22:23 minutos por encuentro). Sus promedios no son malos, tampoco brillantes: 10 puntos, 41.1% en triples y 10 de valoración. El club quiso que saliera el verano pasado pero fue Waczynski el que acabó abandonando la disciplina cajista. Se acabó su etapa de verde y morado.
