Bochornosa imagen del Unicaja en El Pireo, quizás la peor del curso. Con la clasificación ya resuelta, no se puede justificar la imagen que han dado los malagueños esta tarde. A remolque, sin capacidad de reacción y con los brazos en jarra desde el salto inicial. Hacen falta cambios. Ya son diez derrotas las que acumulan los cajistas esta temporada, pero la de hoy hace pupa, no por lo deportivo porque no varía su condición en el grupo, pero sí por la sensaciones.
Katsikaris daba descanso a Norris Cole, señalado en el tropiezo ante el Joventut. Un quinteto de salida con la novedad de Alberto Díaz. Brizuela lideraba el ataque de los malagueños, mientras que en los griegos lo hacía Kaklamanakis, con ocho puntos en cinco minutos (12-11). Un primer cuarto dónde los dos equipos tenían el lujo de correr y poca intensidad defensiva. Travis Carter empezaba a avisar a los malagueños de quién es el líder del Lavrio, un escolta muy plástico y peligroso si está con confianza. El norteamericano y Nikolaidis ponían la máxima (21-17).
Francis Alonso, Rubén Guerrero y Suárez entraban al parqué de la Paz y la Amistad, un trío que debe ser clave en la rotación. Hoy, algo antes de lo habitual. Mala defensa hasta ahora de los cajistas. Un mate de Aminu ponía el más seis (25-19), y bronca tremenda del heleno a sus chicos. Una sangría. Era el momento de Nzosa, después de varios partidos sin participación. Un primer cuarto con demasiadas facilidades al Lavrio Megabolt, un conjunto que no pasó de setenta puntos en el Carpena y hoy en progresión de llegar a la centena.
Aminu, pese a su falta de centímetros ante Nzosa y Guerrero, seguía haciendo daño a la pintura cajista. Katsikaris sentaba al joven congoleño y daba entrada a Eric. Mouratos ponía el 29-19, la máxima y un Unicaja sobrepasado por el físico de los locales. Brizuela, tras cuatro minutos, por fin anotaría la primera canasta de los visitantes; pero Carter volvía a hacer daño desde lejos (32-21). Los cajistas nuevamente penalizados con las pérdidas: siete en quince minutos. Abromaitis, con un palmeo, obliga a Serellis a parar el partido. Carter ya se iba a los once puntos, sin hacer mucho ruido. Con un mate de concurso, el americano hace lo que quiere en su despedida de la BCL (36-23).
Rubén Guerrero cortaba el parcial. De esos días que hay que remangarse y poner más intensidad que nunca, aunque los cajistas no estaban por la labor, al menos hasta ahora. Dos minutos para el descanso y el Unicaja se colocaba a ocho gracias al bonus (36-28). Geromichalos desde lejos y Carter colocaban otra vez la máxima (41-28). Con ese marcador nos íbamos al descanso.
Muy mala imagen, superados y otra primera parte para olvidar. El Unicaja estaba sin ganas de competir; el estar clasificado no puede ser una excusa sin das esta versión tan pobre: con 28 puntos anotados, las nueve pérdidas y sometido a un Carter, que sí que estaba haciendo amigos.
Una segunda parte que no podía empezar peor: triple de Mouratos y nueva máxima (44-28), pero Brizuela pudo responder, también desde fuera. Los cajistas no eran capaces de amagar con una remontada. Pasaban los minutos y el Lavrio, con Carter a la manija, muy cómodo sobre la pista. El alero vasco era el sostén de Unicaja para no despegarse del marcador, pero Kaklamanakis, protagonista en los locales, ponía el 55-38.
Camino de consumar el enésimo ridículo, ante un equipo de tercera fila. El Unicaja no se puede permitir este bochorno. Sin reacción en la segunda parte, indolente en defensa y ya pendientes de maquillar el resultado. 57-42 y diez minutos por disputar. Todos los parciales perdidos ante un equipo al que vapuleaste en el Carpena.
Mouratos, con tres tiros libres, abría la lata para los griegos en el ultimo periodo. Mate de Aminu y el Lavrio ya se iba por encima de los veinte (63-42). Doloroso ver estos últimos minutos de los malagueños, quién sabe si con consecuencias drásticas. Un calvario este último tramo, ya con la intención de maquillar el resultado. Eric recortaba la diferencia hasta los doce (65-53). Lo de menos ya era el marcador. El Unicaja hace rato que se había rendido. 70-58, y veremos qué sucede a partir de ahora.
Vaya imagen más desastrosa del Unicaja. Inexplicable está falta de actitud. Nos arrastramos por Europa. Siempre nos traemos a los entrenadores malos???? O se hacen malos en Malaga-Unicaja???