Qué forma de dejar todo sobre una pista de baloncesto. Pese una rotación mermada esta noche, el Unicaja consiguió una victoria de un valor incalculable por cómo pintaba el panorama una vez iban pasando los minutos. Un derroche de fuerza y mucho corazón; de esas donde no se puede poner una sola pega pese a que no se alcanzó la brillantez de otros días. El conjunto malagueño se vio condicionado con la tempranera lesión de Lima, parece que de gravedad, y aún así el equipo respondió con una segunda mitad rozando la perfección a nivel de energía. Los de Ibon Navarro fueron capaces de frenar las armas de un correoso UCAM Murcia; de más a menos los de Sito Alonso, mucha culpa la tiene el Unicaja. Hoy la gente se va contenta a casa por la imagen mostrada.
El triunfo, al final holgado, ante los universitarios (82-66) supone dejar casi sellada, de forma virtual, la clasificación para la próxima Copa del Rey. Un balance de 9-4 que mantiene a los verdes en la pelea por ser cabeza de serie, más reforzada que nunca esa opción. A recuperar la salud de los jugadores en la semana que se avecina, y con la única preocupación de saber en qué queda lo de Lima; al brasileño le harán pruebas en las próximas horas para saber el alcance exacto de la lesión.
El Unicaja conseguía un acierto arrollador en el arranque. Precioso primer cuarto con una carta de presentación habitual en los verdes, familiar en los partidos en casa. Carter aceptó el cara a cara de McFadden, más apagado el estadounidense que en sus últimas visitas al Palacio; una grada que quedaba enmudecida tras un mal gesto de Lima en su rodilla izquierda. Se iba visiblemente dolorido el brasileño sin poder apoyar la pierna. Pinta a lesión grave. Sobre el parqué, un conjunto malagueño más fluido en ambos lados de la pista, hasta la entrada de Ryan Luther en los visitantes. Ocho puntos seguidos del ala-pívot que maquillaron el primer parcial (21-20). De más a menos los verdes.
Novedad las buenas prestaciones de Will Thomas, otro lenguaje corporal con respecto a otros días, y además cogiendo peso en el juego de los verdes. Los locales subían un par de marchas atrás, obligado por el talento que rezuma un UCAM Murcia ya desperezado. Cargaba la responsabilidad sobre el ala-pívot de Baltimore; lo buscaban los pequeños. Tarde o temprano tenía que aparecer. Los murcianos volvían a reaccionar a un pequeño estirón del Unicaja gracias a la figura de Sakho, haciendo daño el pívot ante la ausencia de Lima y un Kravish que sufría (33-35, a 2:30 del descanso). Malos últimos minutos de los verdes antes del descanso, cayendo en la trampa del conjunto de Sito Alonso, ese juego físico que tanto caracteriza a los visitantes. 36-37 en una primera parte irregular de ambos.
Ibon Navarro alentaba a los 7.537 espectadores que se dieron cita en El Palacio, magnífica entrada por el horario y ser día laborable. La Marea Verde volvió a responder. El Unicaja necesitaba esa inyección de energía por cómo había subido sus prestaciones el UCAM, serio y con pocas grietas. No obstante, algo mejor el conjunto malagueño en el tercer periodo, pequeño parcial interesante que tuvo que parar Sito Alonso (46-39). Más ordenado e igualando el físico de Diop o Pustovyi. Seguía en estado de éxtasis Will Thomas, la mejor noticia de la noche. Un paso al frente cuanto más hacía falta. Llamativo ver a Brizuela anotar un 2+1 e irse directo a chocar con Ibon Navarro, su equipo apretando los dientes en un momento importante de partido; poco después una acción similar del donostiarra para cerrar el tercer cuarto (60-48).
El reto era mantener el nivel de dureza altísimo tras el descanso, algo que ha caracterizado a este Unicaja: el poder perdurar ese ritmo hasta desfondar a los rivales. Pasaban las posesiones y los verdes seguían conservando un tesoro. Ejim establecía la máxima para los locales a cinco minutos del final (70-55). Los locales mantenían el acelerador ya pensando en conseguir la mayor renta posible, pero los murcianos hicieron el final de partido algo pegajoso. Finalmente , Carter puso el 82-66 definitivo.