El Unicaja puede decir casi con todas las letras que estará en la próxima Copa del Rey, a la espera que sea matemático tarde o temprano. Los verdes consiguieron esta noche un triunfo mayúsculo ante un dignísimo Bilbao Basket (92-79), de los mejores contendientes que han pasado por el Palacio. Paradójicamente, los de Ibon Navarro fueron creciendo con el paso de los minutos pese a contar con una rotación de diez jugadores… y guerreros. Nuevamente había que dejar todo y más para sumar el décimo triunfo de la temporada, que además permite a los malagueños seguir en esa pugna por ser cabeza de serie. Con 8.030 espectadores en el Carpena, y es que la Marea Verde volvió a ser ese factor diferencial cuando se titubeaba por momentos.
Sin Brizuela, KO por un esguince que ha arrastrado estos días, tenía que apelar el conjunto malagueño a la fortaleza del grupo, una de las señas de este equipo, pero más que nunca. A la espera de que venga ese anhelado fichaje, parece que será Sima, había que tratar de optimizar lo que se tiene. Y no se puede hacer mejor. Es un día de esos donde se sale reforzadísimo porque las circunstancias eran complicadas. Próxima parada: Lenovo Tenerife en La Laguna. Este Unicaja también convence en 2023.
Con Kalinoski recuperado, de las noticias más agradables de la noche, y sin dejar rastro de su maltrecho tobillo izquierdo. El estadounidense anotaba los ochos primeros puntos de un Unicaja alegre en el primer cuarto y viendo el aro con con facilidad; al igual que el Bilbao Basket, a los mandos de Hakkanson, generando problemas en el perímetro de entrada. Mucho ritmo en el Palacio, de nuevo con un ambiente espectacular pese a las horas, agradable para el espectador; dos de los equipos que practican un baloncesto más vistoso de la competición. Además, Will Thomas mostraba una continuación de las prestaciones que ya mostró ante UCAM Murcia. Alberto Díaz, con un robo marca de la casa, que aprovechaba Osetkowski desde la personal cerraría un buen primer parcial (23-20).
Ejim, en un gran trabajo defensivo junto a Barreiro, daba al Unicaja un subidón de energía. El canadiense facturaba las primeras canastas de los verdes en el segundo cuarto, muchos minutos de ‘4’ hoy; la situación lo requiere, a la espera de un refuerzo. El lunar atrás, la claridad que encontraban los hombres de negro para lanzar desde fuera, también un emocionado Francis Alonso en la presentación. Buena aportación del canterano malagueño, clave en la segunda unidad en los de Ponsarnau. Subsistían los verdes antes del descanso con el acierto de Kalinoski, el más suelto en los locales. Primera parte igualada desde el salto inicial y un Bilbao Basket pegajoso en el Carpena, dando muy buena imagen los vizcaínos (42-41).
Iba más justo el Unicaja con el paso de los minutos, consecuencia además del listó físico altísimo de los visitantes. Ibon Navarro volvía a recurrir a la grada en un momento extraño de partido; mantenía el tipo Bilbao Basket en el tercer cuarto, sacando petróleo en la mayoría de acciones. Líder Ejim en los locales, buscaban sus compañeros al de Toronto para finalizar. Perry, con un dos más uno hacia dentro, quizás su mayor virtud, daba esa inyección de energía que necesitaba la grada, un punto de inflexión en el partido (56-50). Tenía que aprovechar el Unicaja unos minutos de cortocircuito en los bilbaínos, el momento de mayor duda en casi tres cuartos. Carter, Kravish y el bonus daban el primer estirón interesante, aunque la sensación que se iba a hacer largo. Saber administrar las energías (70-56).
Era capaz el Unicaja que no entrasen plenamente los vascos en el último cuarto, haciendo el partido lo más embarrado posible. Encontraban la inspiración Will Thomas y Djedovic en el ecuador, ese momento para poner la puntilla o dar vida a los visitantes. Iba a ser lo primero y de forma rotunda. Los malagueños, ya muy sueltos, hacían sangre (87-65, a 3:58 para el final). Sumar el mayor botín pensando en el average, cada punto puede ser oro pensando en meterse entre los cuatro primeros. Ibon Navarro daría entrada a Mario Saint-Supery. Fiesta total en el Carpena. Consiguió maquillar Bilbao Basket, pero no impidió la alegría en un Palacio que vio una versión excelente de su equipo. También premiaba el técnico vitoriano a Rubén Vicente (92-79).