Este Unicaja tiene mucho camino por recorrer. Malísima imagen de los verdes esta tarde en Vitoria, con un equipo que se dejó llevar a partir del segundo cuarto. Sobre todo una versión defensiva que poco o nada corresponde a lo que se pretende en Los Guindos. Toca reponerse de un duro golpe, más con el recuerdo de una temporada pasada que va a tardar en cicatrizar. De hecho los malagueños recordaron en algunas fases a las 21/22, hasta la similitud de maquillar el marcador al final (103-89). La comparación es inevitable. Llega el Gran Canaria en menos de 48 horas, cita ya de gran transcendencia por lo que se viene por delante.
Y eso que la puesta en escena fue magnífica en el arranque. Sin fallo en los primeros ocho tiros a canasta, difícil ver un pleno con un volumen tan alto. Djedovic anotaba 11 puntos, con tres triples casi consecutivos; inspiradísimo el bosnio en el primer cuarto y todos los que vestían de blanco: Kalinoski o un Alberto Díaz, con nuevo look, daban impulso a los suyos e enmudecían de momento al Buesa . Hasta Ejim la metía de lejos. Los tiros seguían entrando. De nuevo un conjunto malagueño coral en ataque, con todos los que entraban a pista sumando. También resaltar los puntos en la pintura de Kravish al final de un primer cuarto que acabaría con un contundente 22-35. Casi perfecto (14/18 en tiros de campo y once jugadores al menos con una canasta).
Markus Howard, al que se le caen los puntos, sostenía a un Baskonia de momento superado por la avalancha verde. Reaccionaban los vitorianos con varias acciones del base (30-35). Parcial de 8-0 y 15 tantos en la cuenta del nuevo fichaje baskonista. Aprovechando su momento los locales. Carter sacaba de un buen lío a los suyos, cortando el parcial de 13-0 (35-38), al que respondía Sedekerskis. Primera ventaja de Baskonia, con un tiro plástico de Marinkovic (43-42), otra de las grandes amenazas en los de Peñarroya. Darius Thompson encendía las alarmas a dos minutos del descanso, ante la poca tensión de los malagueños en defensa (49-42). Primer momento de crisis. Se iba a mantener esa línea hasta el final de segundo cuarto (59-47). Partido extrañísimo, muy común de estas fechas: intercambio de golpes y nulo control. El Unicaja se podía meter pese al dantesco 37-12 en este parcial.
Se retiraba lesionado Howard en una de las primeras acciones de la segunda parte, un hecho que podía cambiar el guion de partido. Baskonia no bajaba la guardia pese a perder a su estrella (64-51). Bajaba el ritmo pero los verdes no eran capaces de ponerse a tiro en el ecuador del tercer cuarto (66-55). Se agotaba ese margen de sorprender. Hommes y Giedraitis ponían una máxima casi insalvable para el Unicaja (73-55). Los de Peñarroya seguían haciendo sangre, con Costello poniendo una ventaja ya escandalosa (82-58). Partido ya finiquitado a la entrada del último cuarto (84-60).
Errores de concentración y una poca intensidad que perduraba. Al Unicaja se le apagaban las ideas, con los 15.000 espectadores en el Buesa Arena disfrutando con su equipo. 93-68 a falta de cinco minutos, ya suplicando el final por lo que podía venir. Los verdes maquillaba al final hasta colocar la desventaja en los quince (96-81). Llamaba la atención Peñarroya a los suyos, pensando en el average y los números de la Copa, factor a tener en cuenta desde ya.
Un marcador final de 103-89 que escuece por la trayectoria de uno y otro, también por esos diez primeros minutos inmaculados que quedaron en anécdota. Va a costar trabajo salir de ese espiral negativo pese a haber cortado las raíces en verano. Desastre nada más arrancar esta Liga Endesa.