Nueva entrega de ‘Marca basket: 40 años de verde y morado’, patrocinado por la Fundación Unicaja. Carlos Suárez pasa esta semana por el micrófono rojo, el ya excapitán de los verdes. El madrileño dice adiós tras nueves años en Los Guindos.
Días de reflexión: «Entrenando, recuperándome de la lesión que tuve, que ya ha cicatrizado el músculo. Ahora volviendo a la readaptación al baloncesto. Organizando mi boda también, que eso conlleva trabajo. Ya sabemos dónde viviremos en un futuro. Ese contrato es el que dura para toda la vida (risas)».
Adiós amargo: «Me hubiera gustado que sea en el campo, con los aficionados. Es cierto que ha sido una temporada complicada para mí, donde no he tenido tantos minutos y con un rol más secundario. No conseguimos los resultados que esperaba el club: meternos en la Copa del Rey, playoffs y llegar a la Final Four de la BCL. Ha sido un año para olvidar. Esperemos que con este nuevo ciclo, el Unicaja pueda volver con nuevos jugadores al lugar que se merece».
La afición, siempre entregada a Carlos Suárez: «Es lo que me llevo. También el cariño del club, de los dos presidentes que he tenido; tanto Antonio como Eduardo han sido muy cariñosos conmigo. No es fácil estar 9 años en una ciudad como Unicaja, es cierto que en los dos últimos me ha afectado el parón. No solo a mí, a muchos deportistas. El contagio COVID me ha podido afectar. Pero me voy contento con la cabeza bien alta, y de haber dado todo de mí, sobre todo el título de Eurocup que conseguimos en Valencia».
Momento cumbre: «Sin duda ese partido de La Fonteta porque fue heroico. Nadie lo esperaba. Jugar contra nuestro máximo rival además. Es lo mejor que le puede pasar a un deportista: levantar un título con tu equipo. Por suerte lo he conseguido».
Así se fraguó su desvinculación: «Yo tenía un año mas de contrato y el club tenía una opción de corte. Juanma me lo comunicó dos o tres días antes de la rueda de prensa. Más o menos te lo esperas por la temporada que ha sido. El club veía con buenos ojos que no siguiera, normal, esto es un negocio y una empresa. Sí me hubiera gustado seguir claro porque quería acabar mi carrera en el Unicaja, pero no voy a reprochar nada al club porque me lo ha dado todo. He tenido la suerte de estar en tres clubes históricos: Estudiantes, Real Madrid y Unicaja. Tengo que estar agradecido a todos ellos».
La bonita carta dedicada los verdes: «Complicado porque lo practicas varias veces. A la hora de la verdad todo es diferente: nervios, las emociones, etc. No es lo mismo que ponerte delante de un espejo. Y más que delante estaban periodistas, amigos, familiares. Fue muy bonito. Espero que cuando acabe mi carrera, pueda despedirme con los aficionados. Será más espectacular seguro. Ojalá pueda ser como la de Carlos Cabezas, la retirada que sueña cualquier jugador. Me han llegado un montón de mensajes. Mi padre no pudo asistir, tampoco mi hermano, personas que han estado en los malos momentos y han dedicado tanto tiempo en ti».
El pegamento del Unicaja, como diría Joan Plaza: «Sí que porque hacía cosas que no eran tan vistosas. Lo he dicho más de una vez: el partido del que más orgulloso me siento es el de Valencia, solo metí cuatro puntos. Cuando llegué, las cosas no estaban bien, situación parecida a la de ahora. Espero que podamos volver con el apoyo de la afición, es lo único que pido».
Futuro: «Me gustaría vivir nuevas experiencias: en ACB o fuera de España. Estuve a punto de irme fuera al salir del Real Madrid y es lo que estoy mirando. Está el mercado parado. Entreno para ver cuál es mi próximo destino, pero sobre todo espero ser igual o más feliz en el Unicaja. Procuro mirar a corto plazo. Considero que puedo seguir un año más, y eso esa es mi mentalidad ahora. Me siento con ganas de seguir siendo jugador de baloncesto y volver a ser ese jugador que era hace no mucho».
«Va a ser muy raro ponerme otra camiseta que no sea la del Unicaja, da igual que sean 36 años. Cuando sales de tu zona de confort, va a ser complicado, al igual que cuando salí de Madrid. Habrá un tiempo de adaptación pero siempre estaré vinculado con Málaga y el club. Intentaré contenerme las emociones si vengo de rival al Carpena. El aficionado siempre ha sido conmigo de diez».
Adam Waczynski: «Tengo una gran relación con él. Fue una pena el año pasado cuando se fue, en un momento complicado. Estaba todo en duda en el club. Es un histórico del club, muy querido en la afición y en el vestuario, muy valorado. Ha demostrado su nivel en Zaragoza y ojalá en su próximo destino sea igual de feliz».
Carlos Suárez, un hermano mayor de los jóvenes: «Nueve años dan para muchos jugadores. He tenido hasta compañeros all-star como Domantas Sabonis, que era un pipiolo cuando llegué a Málaga. Ahora están Mario Saint-Supery, Álvaro Folgueiras o Yannick Nzosa pisando fuerte. Hay que intentar dar los consejos y que aprendan».
Alberto Díaz: «Ya me puso los pelos de punta en la rueda de prensa. Me sorprendió su discurso, el momento que más me emocionó. Era ya capitán prácticamente. Se lo decía: que él era más capitán que yo. Él lo ha hecho lo mejor que ha podido y seguro que lo va a hacer muy bien, además de contar con los valores de Los Guindos».
Nueva plantilla: «A mi modo de ver, nos ha faltado físico en el sentido de más defensora y especialista. Teníamos demasiados jugadores anotadores, similares. Más gente aguerrida, rebote y sobre todo eso. Un grupo de buenos jugadores que en equipo no lo éramos tanto. Creo que ficharán gente que no metan tantos puntos».
Ángel Delgado y Jayson Granger: «No están mal la verdad (risas). Jayson ya lo conocemos. No está teniendo tantos minutos pero cuando juega, el equipo va para arriba. Y Delgado es un jugador con mucha hambre, que no necesita tanto el balón en las manos, un gran reboteador. Es verdad que si se concretan esas dos operaciones, me parecen un gran acierto del club».