Cameron Oliver no se marchó a casa muy contento el pasado miércoles. El estadounidense mostró su descontento en redes sociales, afirmando que su partido ante Bilbao Basket había sido «una mierda». No estuvo acertado con su selección de tiro, pero Ibon Navarro estaba encantado con su actuación en la parcela defensiva. «Le pedí que hiciera eso», recalcaba el vitoriano en sala de prensa.
«Pues a mí me pareció un partidazo, ya os lo dije, también a él. Dejar a Inglis con cero puntos y -3 al descanso, cuando es el mejor de Bilbao, tiene mucho valor. Y cuando analizas el partido y ves cómo le defendió, tiene mucho más valor todavía. Hay que ser justos. El primer balón que toca es un pase y una asistencia; luego en el descontrol del juego por culpa nuestra, se tira cinco ataques sin tocar un balón. El siguiente, como es normal, se la tira y la falla. Hay que entender las cosas, que él tenga ese nivel de autocrítica, es espectacular. Lo mejor es cuando él no estuvo, el equipo lo hizo bien y ganó. Su partido defensivamente fue muy bueno, lo que más le habíamos insistido». Ibon Navarro parece haber encontrado su jugador multiusos en este Unicaja.
El nuevo fichaje cajista demuestra que se puede adaptar muy bien a diferentes roles: con un papel exclusivamente defensivo, al ser quizás el único jugador de la plantilla que puede frenar a aleros grandes o pivots móviles. Pero también es capaz de ser decisivo en ataque. Un Cameron Oliver que ha aprendido la lección en tiempo récord.
