Necesitaba la victoria el Unicaja para traducir su mejoría en resultados y, especialmente, para abrir brecha con el Herbalife en su carrera hacia el playoff. Y Bouteille entendió a las mil maravillas lo que había en juego para, junto a Jaime Fernández, conducir a los suyos a la victoria. La euforia de los canarios, que venían de entrar en el Top8 de la Eurocup, se les ha bajado de un plumazo. Ya son tres las victorias de ventaja de los malagueños.
Arrancó el choque con una defensa muy agresiva el Unicaja, forzando numerosos errores y pérdidas a un rival que no daba pie con bola. La frustración de Balcerowski cargándose de faltas, el buen hacer de Thomas en su zona y el 11-2 en los primeros cinco minutos eran una clara muestra de cómo de bien protegían su aro los locales. La renta llegó a ser de 12 puntos, con Bouteille muy fino jugando al poste bajo. Tardó en llegar, pero con la entrada de Costello reaccionaron los canarios firmando un 0-8 y cerrando el primer acto con menos daño del esperado (18-12).
Aún le duró un poco más el apagón a los cajistas, que no volvieron a anotar hasta pasados dos minutos. Hora de que Gal Mekel reapareciera. Una alegría para todos después de haber superado un tromboembolismo pulmonar derivado del coronavirus. El israelí, lógico, aún está falto de forma, pero tampoco los de Fisac aprovecharon esos instantes. ¿Qué se podía esperar con un 1/8 en triples para cada bando a dos minutos para el descanso? Irreconocibles ambas escuadras. Sólo Slaughter parecía con una marcha más que sus compañeros, lo que les puso uno abajo (24-23). Se venía la bronca de Katsikaris y no fue casualidad que despertaran los malagueños para igualar el cuarto y marcharse a vestuarios 32-26.
Algo tenía que cambiar el Herbalife si quería tomar la iniciativa. Y encontraron la panacea con Slaughter desde fuera y, especialmente, con balones interiores a Balcerowski y a Costello, aprovechando que Thompson es un chollo para cualquier pívot. Llegaron a igualar a 44, momento que eligió Bouteille para pedir el balón, sumar una decena de puntos y encarar la recta final 5 arriba (54-49).
- La táctica para el Unicaja era clara. Balones a Bouteille. Al galo, sin embargo, se le fundieron los plomos por momentos y las fuerzas volvieron a equilibrarse (63-61). Y cuando los insulares, con Kilpatrick y de nuevo Slaughter, veían el cielo abierto, aparecieron Alonso y Fernández para dar un nuevo tirón y abrir una brecha de 8 a dos minutos del final. Apretaron los dientes los visitantes, pero ese hueco ya fue definitivo para asegurar el triunfo de un Unicaja que aleja a tres victorias al Herbalife.