El Unicaja llevó a cabo este jueves una mesa redonda dedicada a la rivalidad ente Caja de Ronda y Mayoral Maristas, lo que supuso la primera semilla del club que conocemos en la actualidad. Con Antonio Jesús Merchán, director de Radio Marca Málaga, de moderador, contó con la presencia de Mario Pesquera, Pedro Ramírez, Nacho Rodríguez y Rafa Vecina. A este coloquio, celebrado en Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, asistieron alrededor de un centenar de personalidades relacionadas con el baloncesto malagueño, así como aficionados.
Mario Pesquera: «Había cinco jugadores que eran extraordinarios, dos excelentes; y cuando nos enfrentábamos a un grupo de diez grandes jugadores, al final bajábamos, es norma. Fui muy feliz con ello, junto con Martín Urbano, un equipo fácil de llevar. Entre todos lo hicimos, con jugadores muy inteligentes, capaces de jugar a muchas cosas. Málaga es mi segunda casa, me gustaría venir más. Nunca tuve un problema luego con nadie, lo único que queríamos era ganar. Rafa Vecina era un ejemplo de jugador inteligente».
Pedro Ramírez: «Ha sido un año difícil por los que no están. La rivalidad empezó mucho antes, en la cantera diría yo. Convertimos a Málaga entre todos a una ciudad de baloncesto de verdad; después la guinda del pastel fue poder competir ante unos cracks como los que tenia Caja de Ronda. Pudimos competir contra ellos. Esto lo hicimos entre todos, fue un éxito rotundo para la ciudad».
Nacho Rodríguez: «Empecé en Maristas en juveniles, ahí había mucha rivalidad. Cuando juegas contra Caja de Ronda, era increíble ver el pabellón de Los Guindos. Te dabas cuenta de cómo era esa rivalidad sana cuando estás ahí. Competíamos. Mucha gente me dice fuera de Málaga el trabajo que está haciendo Unicaja, el hecho que estemos recordando esto… ha sido mi vida. Siempre estaré agradecido a Maristas por tener la oportunidad de profesional después de estar en San Estanislao».
Rafa Vecina: «Recuerdo el primer partido que disputé contra Maristas en su cancha. Unas 2.500 personas que utilizaban unas revistas para animar. Y alguno me dio con alguna. Con la rivalidad que teníamos, el trofeo de La Pollinica se convertía poco menos que en la Champions League. Los jugadores de ambos equipos solo nos veíamos en los baretos. Se ganaron nuestro respeto en los partidos».