El Casademont Zaragoza jugó a merced desde el salto inicial. Los de Ponsarnau dieron una lección de baloncesto ofensivo ante un Unicaja desbordado ante los hombres de rojo. Bone, Thompson y compañía generaron el caos en la canasta cajista.
El Casademont Zaragoza jugó a merced desde el salto inicial. Los de Ponsarnau dieron una lección de baloncesto ofensivo ante un Unicaja desbordado ante los hombres de rojo. Bone, Thompson y compañía generaron el caos en la canasta cajista.
Parece que aquí se vive muy bien y se trabaja y exige poco. No tiene explicación. Tantos jugadores que pasan y se van sin pena ni gloria. No rinden.