El futuro de Alberto Díaz está ligado al Unicaja, pese a su irrupción imparable en un Eurobasket que será recordado, entre otras cosas, por el descubrimiento del cajista a nivel continental. No ha podido aprovechar mejor su primera llamada para un gran campeonato; sin duda un punto de partida en su carrera deportiva, ya en una etapa de madurez (28 años). La pregunta que se hará más de uno es si esta subida de caché puede provocar su salida del Unicaja, el club de su vida. La respuesta es tajante. No. Al menos de momento.
El club malagueño sabe desde hace tiempo que Alberto Díaz es uno de los rostros que van a resaltar en el próximo proyecto, aquí se incluye el brazalete de capitán y una jerarquía en pista que va a aumentar. Tiene contrato aún largo (hasta 2024), y la idea en Los Guindos es mimar al nuevo campeón de Europa y héroe nacional. Un jugador que se ha ido ganando estos años el respeto de una afición cajista curada de espanto, con el culmen en la temporada pasada; donde todos coinciden que Alberto fue de lo único salvable en el equipo verde.
Es el nombre de moda en el baloncesto nacional desde hace semanas. Su exhibición defensiva ante jugadores del calibre de Larkin, Schroder, o ayer frente a Heurtel, le colocan como uno de los puntales de esta selección a priori falta de estrellas. Cada partido dando muestras de cómo un jugador puede ser importante sobre el parqué sin meter canastas; de ese club tan selecto de los intangibles. Poco tiempo para respirar van a tener tanto él como Brizuela, otro que sale reforzado este verano y veremos qué consecuencias trae a su futuro más cortoplacista.
Alberto Díaz ahora tiene la tarea de clasificar a su Unicaja para la BCL. Ibon Navarro espera a su capitán con los brazos abiertos, alma máter del conjunto malagueño, y también de la España campeona de Europa. Todo un orgullo, y por consiguiente, más años deleitando a un Carpena que se relame para ver de nuevo al canterano.
