@SuarezRMarca | A las 19 horas, con más de diez mil almas, muchas con el corazón verde, en el Martín Carpena, se lanzará el balón al aire para dar por inaugurada la Supercopa, el primer título oficial de la temporada 15/16. Herbalife Gran Canaria y Barcelona se enfrentarán por el primer puesto en la final, dejando para las 21.30 el plato fuerte de la jornada, Unicaja-Real Madrid, el muy reforzado anfitrión frente al Rey Midas del baloncesto.
Es, sin duda, el conjunto blanco el principal favorito para seguir llenando sus vitrinas de triunfos de prestigio. Con el sextete ya cerrado, tras ganar en Brasil la recuperada Copa Intercontinental, los de Laso buscan lo imposible. Nadie ha ganado en España siete competiciones consecutivas. Para firmar una nueva gesta, antes tendrán que eliminar, sin Rudy ni Taylor, al Unicaja y a su afición.
Y es que, esta vez sí, el Carpena no estará repartido como en la Copa del Rey. Son muy pocos los aficionados del resto de equipos los que han venido a Málaga. Todos los abonos se han vendido, pero la inmensa mayoría son cajistas, que quieren celebrar por primera vez en casa un título. Plaza cuenta con un buen arsenal, con la incógnita de Hendrix, pero con nuevas estrellas como Nedovic o Jamar Smith, con los revalorizados Díez y Kuzminskas, o con las ganas de Díaz y Jackson. Buenos y sólidos argumentos para plantar batalla al campeón.
Antes habrá un fenomenal aperitivo entre un muy cambiado Barcelona en el que Navarro seguirá sin poder ayudar a los suyos. El flamante campeón de Europa Pau Ribas, junto a Abrines, son suficiente garantía para que no haya que acordarse demasiado del gran capitán. Además, la experiencia del portorriqueño Arroyo, el físico de Lawal, la versatilidad de Perperoglu o la continuidad de Tomic son suficientes armas para batir al siempre voluntarioso Granca.
Los insulares siempre se cuelan en las fases finales, pero les falta un salto de calidad. Aíto lo intentará nuevamente con grandes tiradores y con un nuevo juego interior. No está ya Tavares, pero sí el campeón de Europa Pablo Aguilar, los eternos Savané y Báez, y las dos nuevas torres Omic y Galdikas, si bien el lituano anda con problemas físicos.
