Creo que muchos coincidiremos en el análisis del partido del viernes. Es imposible no manifestar sorpresa e incluso admiración. El nuevo entrenador ha conseguido en 4 días cambiar una dinámica derrotista y en clara decadencia, por una euforia contenida que puede encontrar su punto más álgido el próximo sábado en el partido contra el Mallorca. Y es que lejos de entrar a valorar conceptos tácticos e innovaciones futbolísticas que hicieran al Málaga crecerse ante la adversidad, lo que en mi humilde opinión habría que ponderar por encima de cualquier cosa es la capacidad motivacional que ha tenido Víctor Sánchez del Amo para convencer al vestuario que jugar bien y ganar era posible.
El viernes, por sorpresa para todos, los pases cortos llegaban a su destino, una tarea tan “compleja”, permítanme la ironía, cómo poder hacer llegar el balón al que lleva tu misma camiseta, se hizo o real y posible, situación del partido a la que este humilde aficionado no estaba muy acostumbrado. Volvimos a tener un estado físico a la altura de la categoría, superando al rival en todas las parcelas del campo donde nos fue necesario. Los rebotes caían de nuestro lado, el portero contrario fallaba lo que últimamente veíamos fallar al nuestro. Era el rival el que hacía faltas, evidenciando una gran impotencia al verse claramente superado.
Algunos podrán pensar que fue la suerte del principiante, que el Alcorcón tuvo un mal día y al Málaga le salió todo. Yo pienso que Víctor Sánchez del Amo necesitó apenas un entrenamiento para darse cuenta el diamante por pulir que tenía, soltar las cuerdas de aquellos jugadores que veía presionados y darles la libertad y el espacio para que lejos de encorsetamientos tácticos sacarán a relucir el talento y la magia que tenía retenidos.
El próximo partido marcará si lo que pudimos ver el viernes fue un espejismo o una tendencia a seguir que nos hará alcanzar los objetivos. Si Victor Muñoz es inteligente y sabe aprovechar la base que le dejó Muñiz y aplicando sus conceptos futbolísticos y su capacidad motivadora podrá devolver al Málaga el cetro de equipo más peligroso de la categoría. Un escenario que no me cabe duda de que va a llegar a producirse y volverá a poner de manifiesto, que la suerte es un estado de ánimo y que las dinámicas negativas sólo se revierten con actitud y mensajes positivos.