Una carta de despido, un enfrentamiento personal y unos miserables 15.000 euros de diferencia. Eso, con la pasta gansa que ganan otros empleados del club costasoleño mucho menos competentes que Marcelino Torrontegui, ha apartado de la entidad al fisioterapeuta más importante de las últimas dos décadas.
Dejar atrás por un ‘encabronamiento infantil’, impropio de un…