Inicio La Contracrónica UNA MANDÍBULA DE CRISTAL Y UNA LOSA MUY PESADA

UNA MANDÍBULA DE CRISTAL Y UNA LOSA MUY PESADA

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Resulta complicado centrarse solo en lo deportivo en una semana en la que para esta casa se ha cometido un acto al que solo puedo calificar de ilegal. La imposibilidad de entrar al estadio tanto en la mañana del viernes como en la tarde del sábado es una barbaridad ante la que me quedo sin calificativos. Pero haciendo de tripas corazón, hablaré meramente de lo deportivo. Un paisaje que, de momento, no presenta mucho mejor aspecto.

 

El Málaga tiene la mandíbula de cristal. El equipo salta al césped con las ideas claras y un estilo de juego, que puede gustar más o menos, pero que está realmente definido o al menos así quedó claro en los primeros 30 minutos del choque ante el Villarreal. Juande varió su idea inicial una vez más y presentó un once con Charles y Sandro que pudo engañar al principio pero que no acabó siendo ese esquema con dos puntas que todo el mundo esperaba. Camacho roba y el Málaga corre bajo la batuta de los jugadores más rápidos. El manchego sigue intentando dar con la tecla, pero lo cierto es que todavía anda un poco lejos de ella. El equipo fue manso e inocuo en ataque, los blanquiazules apenas inquietaron a Asenjo y ese, verdaderamente, es un grave problema.

 

Luego está el problema mayor. La defensa. El Málaga se rompe con facilidad. Encajar un gol es como si lo tiraran a la lona con un magnifico gancho que rompe su cara con furia. Después del tanto de Jaume Costa los malaguistas olvidaron todo lo que tenían que hacer y fueron, hasta el descanso, un guiñapo en manos de un equipo amarillo que no llegaba a La Rosaleda en su mejor momento.

 

Si algo nos enseñó a todos la temporada pasada es que cualquier situación, por fea que sea, es remontable. Pero para ello solo conozco una fórmula, trabajar tu idea y hacer que triunfe por encima de las demás. Solo van tres jornadas, pero la palabra Europa es una losa que este Málaga se ha colgado a su espalda y que ahora mismo tira hacia abajo con toda su fuerza. Habrá que plantearse si no es mejor mirar solo al siguiente partido.

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