Vaya por delante que desde que lo conocí como rival en alevines, jugaba para el Vázquez Cultural de Marbella, me hice su fan. Lo que me pasó a mí, cautivado por esos regates y un desparpajo propio de un veterano, le pasó a más gente incluido los ojeadores del Betis que se lo llevaron a Sevilla bien jovencito. Hablo de Ontiveros, ese chico que no deja indiferente a nadie y que es capaz de hacer lo mejor y lo peor con apenas minutos de diferencia. Una montaña rusa en la que también se montan las sensaciones de quien lo está viendo jugar.
Lo de ayer fastidia. Como dice un buen amigo mío: “La única vez donde éxito aparece antes que trabajo es en el diccionario”. Me jode que alguien con tanto talento no siempre lo quiera sacar al exterior. Ayer no se dejaron de sumar dos puntos por Ontiveros, pero su actitud es una puñalada a todos aquellos que siempre estamos pidiendo que entre antes al terreno de juego o que incluso sea titular cada domingo. Y le da la razón a Muñiz, que por otro lado ha sido el artífice de que el extremo marbellí siga en Martiricos.
No ayudó a Ricca en defensa cuando más lo necesitaba y el entrenador asturiano le avisó dos veces antes de tener preparar su salida del campo por Iván Rodríguez. Así no, Javi, así no. ¿Por qué no quieres ser el mejor del equipo cuando realmente ya lo eres?, sinceramente no lo entiendo. Lo que pasó ayer fue un paso atrás de nuevo. Para Ontiveros, para Muñiz y para todos los que esperan grandes cosas de él.
Ya lo decía Manel Casanova, que en paz descanse. “Ontiveros es capaz de jugar igual en el campo del Juval que en Old Trafford”. Ayer sin duda tocó la versión de cascarilla. Espabila Javi, los trenes no pasan eternamente y ya van varios que ha dejado marchar. Hoy estoy enfadado… probablemente mañana vuelva a creer en el único jugador diferente que tiene este Málaga.
