Han pasado ya casi 48 horas y de verdad que sigo emocionado. Es verdad que a la hora de hablar de cosas que tienen que ver con el Málaga CF y el malaguismo, servidor tiene la vena sensible a flor de piel siempre. Pero lo vivido el viernes en La Rosaleda fue especial, místico, una simbiosis como hacía tiempo que no se vivía en Martiricos. La grada, los jugadores y el entrenador, todos a una intentando darse aliento unos a otros tras el gol de Bela para el Albacete.
“Cantaremos más, cantaremos más”, es imposible olvidar como nació ese cántico desde la Grada de Animación y que se acabó trasladando al resto del estadio. Me imagino siendo jugador del Albacete o de cualquier otro equipo de Segunda, acostumbrado a jugar con no más de 10.000 personas en la grada, y es lógico que suceda lo que pasó. Y lo que ocurrió es que hubo miedo, de repente pareciera que La Rosaleda fuese la autentica Bombonera. Eso en Segunda intimida y es un arma que el Málaga tiene utilizar.
Chapó por ese publico y su reacción. Una muestra de que uno gana o aprende en la vida y la afición del Málaga tuvo mucho que aprender el curso pasado. La lección nos la sabemos ya de memoria… No queremos estar en Segunda. No es nuestro sitio y nunca lo volverá a ser por muchos descensos que el futuro le tenga preparados a este equipo.
Gigante también Muñiz en sala de prensa. El asturiano, que sabe lo que es ser silbado por estas cuatro gradas, dejó a un lado cualquier recuerdo del pasado para comenzar su comparecencia ante los medios dando las felicitaciones a la grada. No es para menos, el entrenador del Málaga también sabe de la importancia de tener a casi 20.000 personas, llegarán a más con el paso de la jornadas, dando su aliento cada domingo. Lo dicho, sigo emocionado. Enhorabuena a todos los que formaron parte de lo que se vivió sea cual sea su posición. Un pequeño paso para el ascenso pero un paso enorme como club.
