No pudo ser. Unicaja tiró un partido que llegó a perder por quince en el descanso y a ganar por tres a segundos del final. Los nervios en los tiros libres y las malas decisiones en las jugadas finales dejan a los de Casimiro pendientes de un milagro para estar en semifinales. Una nueva decepción para la parroquia cajista que esperó tres meses para acabar quedándose otro año en blanco. Alberto Díaz fue el mejor entre los malagueños. Los cajistas dependerán de terceros si quieren llegar a la siguiente ronda. Unas semifinales lejanas para el Unicaja.
El primer cuarto fue una montaña rusa que subió y bajó a ambos equipos durante diez minutos. Comenzó mejor el equipo de Luis Casimiro. Solido en el juego y con facilidad para encontrar el aro rival bajo la batuta de sus bases. Mekel y Adams tiraban del carro al comienzo, aunque el norteamericano acabaría diluyéndose con el paso de los minutos. Unicaja alternaba el juego interior y exterior haciendo mucho daño al equipo de Ivanovic. Diop, Shields y Shenguelia consiguieron un parcial de 9-2 para los vascos que equilibró el marcador. El coach cajista tuvo que pedir un tiempo muerto ante las perdidas de su equipo. El cuarto acabó con un buen triple de Alberto Díaz para el 19-19.
El segundo cuarto sentó muy mal, casi que fatal, a los malagueños. Baskonia arrancó con Granger como un gran director de orquesta. Los pases del uruguayo y la facilidad con la que los vitorianos arrebataban los rebotes ofensivos y defensivos al Unicaja fueron clave para el parcial de 13-0 que abrió la primera gran brecha en el marcador. Vildoza y Polonara castigaban al cuadro de Los Guindos desde la línea exterior mientras Alberto Díaz intentaba mantener el tipo en un conjunto con trece pérdidas antes del descanso. Baskonia seguía cosiendo a triples al equipo de Casimiro, que no daba con la tecla para frenar la sangría. Eric, Vildoza, Dragic… todos querían su trozo de rival. Adams y Thompson maquillaron algo al borde del descanso al que se llegó con 44-33 a favor del equipo de Ivanovic. Unicaja veía lejanas las semifinales.
Una segunda parte diferente
Casimiro tuvo una intensa charla con sus jugadores. Mekel arrancó con un triple tras la reanudación que activó a sus compañeros. El entrenador manchego dispuso una defensa en zona que ayudó al equipo costasoleño a colocarse a cuatro puntos rápidamente gracias a un parcial de 0-7. Ivanovic se desquiciaba con los suyos mientras Unicaja seguía recortando la distancia hasta ponerse uno por delante con una anotación interior de Gerun, (44-45). El parcial se quedó en 0-15. Baskonia reaccionó y volvió a tomar la delantera gracias a Diop y Shenguelia. Los malagueños se cargaron de faltas con tres minutos por delante, algo que aprovechó su rival para anotar desde la línea de tiros libres. El intercambio de golpes dejó a Unicaja dos puntos por delante de cara al último cuarto, (54-56).
Alberto Díaz mostró el camino a sus compañeros en el último acto. Unicaja buscaba hacer daño por fuera mientras que Baskonia prefería el juego interior con Henry. Ni malagueños ni vitorianos estaban acertados en la anotación en los primeros minutos. Otro parcial para Baskonia, de 7-0, igualaba las fuerzas por enésima vez a seis minutos del final. Alberto seguía siendo el mejor de los de Casimiro, el pelirrojo aparecía en las dos zonas del campo para ser clave en defensa y ataque. Las espadas seguían en todo lo alto sin que ninguno de los dos equipos consiguiese despegarse en el electrónico antes de los últimos tres minutos. Shenguelia se marchaba lesionado y las opciones de Baskonia se iban con él. Unicaja fue quien dio la vida a su rival a consta de fallar sus tiros libres. Polonara anotó a cuatro segundos del final forzando la prórroga. (76-76)
Bouteille para lo bueno y lo malo
La tensión se mascaba en La Fonteta durante la prórroga. A Unicaja le costaba horrores anotar y los nervios provocaron algunos tiros precipitados y pérdidas de balón que beneficiaron a Baskonia. Los de Ivanovic tomaron ventaja gracias a las acciones de Dragic. Bouteille apareció en el mejor momento para poner el empate de nuevo en el marcador a un minutos de la bocina final. De nuevo el francés ejecutó un triple de oro que parecía la sentencia de muerte de los de Vitoria, pero no fue así. Henry respondió con otro acierto desde la línea de 6.75 y Unicaja, con Bouteille como protagonista, no pudo decidir peor qué hacer. Un tiro libre de Polonara separó a los dos equipos en el marcador y deja al club de Los Guindos pendiente de un milagro en su grupo. Unicaja ve lejanas las semifinales.