Este triste 18 de marzo pasará a la historia por la despedida de Joaquín Peiró a sus 84 años de vida. Una despedida, que como la crisis abierta por el coronavirus, ha sido inesperada para todos, más pendientes de lo que nos rodea y el futuro que del pasado. Con la muerte de Joaquín Peiró, se va el entrenador que llevó al Málaga de Segunda a Europa en apenas cuatro temporadas. El madrileño llegó a la Costa del Sol en el verano de 1998 debutando en partido oficial en casa ante el Eibar y disputó su último partido en el banquillo en mayo de 2003, en La Rosaleda y ganando al Sevilla por 3-2.
De por medio 193 partidos defendiendo el escudo del Málaga CF. En Segunda, Primera, Copa del Rey, Intertoto y la extinta UEFA Cup. El ‘galgo’ del Metropolitano, como era conocido en Madrid, se marchó de Martiricos con 73 victorias, 63 empates y 57 derrotas. Entre esos partidos hay muchos históricos. El ascenso a Primera contra el Albacete, la victoria a doble choque contra el Villarreal en la Intertoto, el asalto al Camp Nou con Agostinho y Valcarce como protagonistas o las victorias europeas en Elland Road (Leeds) o la cancha del AEK de Atenas.
Peiró se va pero queda su legado. El del entrenador con más partidos de la historia del club blanquiazul por delante de Muñiz, Tapia, Pellegrini, Gracia o Juande Ramos. Peiró cambió la historia del Málaga dotándole de un estilo de juego reconocible y perdurable en el tiempo. Peiró se va al su banquillo celestial, pero en La Rosaleda y en el Málaga nadie olvidará sus éxitos como un boquerón más.
