Más de 70 días tuvo que esperar el malaguismo para ver a su ‘fichaje’ estrella. Desde el pasado 21 de julio, Luis Muñoz dejó de pertenecer al Málaga. Llegó a peligrar -como él mismo afirmó en una entrevista en la radio que vive el deporte- su incorporación al equipo, pero por fin está de vuelta en casa para disfrutar y hacer disfrutar.
Uno de los más felices con la llegada del canterano es Sergio Pellicer. Sin duda Luis Muñoz es la llave maestra del esquema del castellonense. Como demostró durante la temporada anterior, el equilibrio y ritmo del equipo pasaban por las botas del malagueño. Quizás su inclusión provoque el cambio al dibujo favorito del técnico, el 4-3-3. Ahí formaría trío con Ramón y Cristian en un centro del campo creativo y de buen trato de balón.
Esta es una de las miles de variantes con las que puede jugar Pellicer. La polivalencia del de Nueva Málaga ofrece un abanico de posibilidades tácticas al sistema del entrenador. Por ejemplo, podría actuar a la perfección como central o, incluso, aunque esto ciertamente improbable, como lateral en caso de necesidad extrema.
Alternativas no faltarán con el canterano. Además de lo mencionado, dependiendo de las ideas del técnico, podría jugar con un doble pivote con Luis y Cristian o Jozabed. Ya utilizó el 4-4-2 contra el Alcorcón, por lo que no sería extraño volverlo a ver. También se desenvolvería bien en ese mismo doble pivote, pero con un media punta por delante conectando con los delanteros. Sin duda Luis Muñoz es el comodín perfecto para el sentido y orden táctico de Pellicer. Un nuevo mundo de posibilidades se le abren al entrenador con la llegada del canterano.
