Mismo escenario que en la campaña 2016-2017. Tres protagonistas ocuparon el trono blanquiazul. Juande Ramos, Marcelo Romero y por último Míchel González. La fórmula de la tercera bala salió efectiva con la permanencia firmada por el técnico madrileño. En este curso, la situación se ha complicado de sobremanera. El año lo inició el líder del nuevo proyecto blanquiazul: José Alberto López. Manolo Gaspar eligió al asturiano como principal. Nadie podía pensar que la nave zozobrara y encallara. En noviembre, el equipo malaguista coqueteaba con los puestos de ascenso. 31 unidades. El indefendible 0-5 ante el Ibiza certificó su destitución tras el naufragio de un vestuario que no pudo controlar.
El segundo retoque llegó en 2022 y se irá de la misma manera que aterrizó en Málaga. En silencio y sin hacer ruido. Natxo González. El preparador vasco tenía un cierto bagaje en la categoría. No rindieron nada mal sus equipos en LaLiga SmartBank. Ni en Coruña ni en Zaragoza. Un claro perfil bajo. Sensación constante de tristeza y poco carismático. Solo una victoria en diez jornadas. 6 puntos de treinta posibles. Cifras indefendibles y que ha dejado al Málaga más cerca del descenso, seis puntos de renta.
A falta de ocho jornadas para que termine el curso, la tercera bala es la opción de Pablo Guede. Tiene por delante el sueño de su vida y también la misión deportiva más compleja que se ha visto inmersa la dirección deportiva desde que está Manolo Gaspar al frente de la misma.
Le toca el turno a Pablo Guede. El Valladolid será su primera prueba de fuego. El argentino, sin experiencia en el fútbol profesional europeo, lleva un gran bagaje de partidos en Sudamérica donde acumula más de 300 partidos dirigidos tanto en Argentina como en Chile o México. La afición lo espera como un salvador. El efecto Guede arranca esta misma semana.
