El partido ante el Huesca se acerca rápidamente. El Málaga vuelve a LaLiga el viernes en una cuenta atrás que ilusiona y preocupa a partes iguales. La ilusión es la de la vuelta al fútbol, si bien es cierto que la preocupación es la de verse a solo tres puntos del descenso a Segunda B, cuyo suceso sería mortal. Para colmo hay que añadir a la ecuación los lesionados. La enfermería malaguista se llenó a finales de la semana pasada con hasta 8 jugadores sin poder completar el partidillo de entrenamiento que dispuso Pellicer el pasado sábado. Buenacasa y Tete dejan la enfermería los primeros.
Dos de los que han superado sus lesiones han sido Tete Morente y Sergio Buenacasa. En el caso del gaditano estaba aquejado de un esguince deltoideo, una leve molestia que no le impidió estar ya con el grupo. El delantero sufrió una sobrecarga muscular, cuyo descanso durante el fin de semana ha sido suficiente para la recuperación. Pellicer sigue preocupado con el caso de Luis Hernández y su coxalgia aguda. El madrileño no tiene nada fácil llegar al partido del viernes y su puesto podría ser ocupado por Diego González o Juande. Dependerá mucho de si la RFEF acepta finalmente cambiar la norma de el número máximo de jugadores filiales en el campo, actualmente cuatro.
Los que parece claro que tienen complicado llegar a final de temporada son Cristo y Dani Pacheco. Benkhemassa tampoco parece poder llegar a los primeros partidos, una baja que no trastoca mucho los planes de Pellicer. Poco a poco el Málaga va dejando atrás el susto de la enfermería. Ocho lesionados de cara al primer partido era un bache casi insalvable para los blanquiazules. Pero el miedo no termina aquí. Esto solo acaba de empezar y las lesiones estarán rodeando a los boquerones todo lo que dure esta competición express. De momento, Buenacasa y Tete dejan la enfermería.