Este sábado 9 de mayo, La Rosaleda ha abierto sus puertas para lo que ha sido el primer día de entrenamientos tras el confinamiento.
A las 8:30 horas de la mañana se comenzaba a dar paso a una nueva normalidad. Una situación atípica y a la vez deseada por todos. Más de cincuenta días después, el verde malaguista ha vuelto a recibir a sus más fieles escuderos.
La primera sesión de trabajo individualizado se ha llevado a cabo con la naturalidad que los nuevos protocolos mandan y cumpliendo todas y cada una de las pautas. Los jugadores ha entrenado a La Rosaleda por turnos, con una diferencia de quince minutos entre uno y otro. Tanto en el campo principal como en el Anexo, los futbolistas han podido trabajar de manera individual no habiendo nunca más de 6 jugadores en cada césped y con más de 4 metros de distancia entre ellos.
La sesión ha estado marcada por el uso individual del balón, carrera continua y han usado elementos como picas y conos debidamente colocados y desinfectados.
Pareciera como si los jugadores del Málaga CF llevasen tiempo preparándose para este tipo de trabajo. Ataviados con guantes, se han ejercitado cumpliendo rigurosamente los protocolos protegiéndose ellos mismos y a quienes estaban en el campo.
Este primer día de entrenamientos en La Rosaleda, atípico a la par que histórico y emocionante, se alargará hasta las 21:00 horas, aproximadamente, que será cuando el último jugador salga del estadio. Doce horas de sesiones de trabajo, las más esperadas por todos.