En estado de abandono absoluto. Así se encuentra desde hace muchos meses la que debería ser la ciudad deportiva del Málaga CF. En concreto desde que Bilba renunció a seguir las obras debido a la falta de liquidez del club a la hora de afrontar los pagos acordados. Desde que se paralizó la construcción, latas vacías, botellas de cristal, hierbajos y pintadas con graffitis cubren la zona delimitada para La Academia.
Ya en junio, el administrador judicial aseguró que sus intenciones eran las de reiniciar “las obras a principios de julio si todo iba bien”. La realidad es que, finalmente, fue el verano más complicado en la historia del club, por lo que el apartado de La Academia pasó a un ‘vigésimo’ plano. Gracias al propio José María Muñoz que lo impidió nada más aterrizar en La Rosaleda, a Al-Thani no le dio tiempo a ‘meter la mano’ en el capital destinado para la Fundación. “Cesé a los anteriores patronos y nombré a tres nuevos”, confesó el administrador de la entidad.
Por ello, se supone que el dinero está puesto y dispuesto para destinarlo a La Academia y reanudar por fin unas obras que urgen para el presente y futuro de los canteranos blanquiazules. De hecho, la propia Noelia Losada, concejala de Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Málaga, afirmó también en junio la proximidad temporal de la reconstrucción. “Se reanudarán en breves. Acabarlo todo no lo sé, o si tendremos que hacerlo poco a poco. Pero se van a reanudar, que ya es una buena noticia con el periodo que llevábamos de paralización. Imagino que se hará ahora lo que se pueda, pero se van a reanudar”, afirmó.
Pero las palabras se las lleva el viento… o eso dicen. Hoy, a mediados de octubre, solo los vigilantes de seguridad pisan el suelo de la ciudad deportiva o, más bien, del esqueleto de la misma. Es cierto que el ERE y la situación económica del club prima sobre todo. Pero ahora que la calma vuelve a la Costa del Sol es el momento idóneo para levantar el futuro del club.
