ESPAÑA sufre un gobierno social comunista, reforzado por partidos independentistas contrarios a la Constitución Española y al marco constitucional que los españoles libremente nos dimos en 1.978, así como diferentes apoyos de partidos de la extrema izquierda o territoriales de pequeñas poblaciones más o menos históricas.
Por supuesto, debido al sistema electoral español que favorece a los ciudadanos catalanes y vascos respecto al resto de los españoles, nada que objetar.
Así funciona nuestra democracia y mientras los pactos sean democráticos hay que respetar las reglas del juego aunque veamos a los enemigos de la nación aupados al poder por obra y gracia de un Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que antepone sus ansias de gobernar a los intereses de nuestro país.
Sin embargo, motivo por el que escribo esta opinión hoy, no todo vale, ni todo es admisible cuando está en riesgo la integridad de España y lo que representa para la mayoría de los españoles.
Reformar el delito de sedición en el Código Penal para blindar su presidencia hasta las próximas Elecciones Generales, supone en sí mismo una aberración y una traición a ESPAÑA sin precedentes desde los tiempos del monarca Pepe Botella, el rey afrancesado que nos vendió a Napoleón.
El riesgo para nuestro país es inmenso y provoca un descrédito internacional de incalculables dimensiones aún por descifrar. Pero sobre todo demuestran el desconocimiento del Reino de España y como se gestó nuestra nación por parte de Pedro Sánchez, o en caso contrario su felonía traidora al juramento por su parte de la Constitución.
ESPAÑA es un conjunto de reinos unificados por la Reina Isabel y el Rey Fernando, los Reyes Católicos. La unificación de la Corona de Castilla y León con la de Aragón representó, tras un matrimonio Real, el principio de lo que hoy es nuestro país.
Cualquier escisión de uno de los reinos españoles, hoy denominados autonomías, podría provocar una reacción en cadena que terminaría con nuestro país.
Por eso es tan importante preservar el delito de sedición así como imponer toda la fuerza de la ley contra quienes atenten contra la integridad nacional y además mantenga su intención de seguir haciéndolo.
Llegados a este punto, y tengo buenos amigos socialistas que son además políticos muy válidos y buenos gestores la gestión pública, sólo me queda apelar a su responsabilidad.
Que sean valientes, democráticos, españoles de bien y se manifiesten contrarios a la locura por el poder de Pedro Sánchez, que no representa al PSOE sino a sus intereses personales.
El socialismo que yo conozco y la socialdemocracia democrática europea está muy lejos de estos postulados de un Presidente que ha perdido definitivamente el norte.
Sus señorías socialistas en el Congreso no están obligados a apoyar a un egocéntrico narcisista que ha adoptado una decisión demencial justificada en una mentira denominada: “equipararnos con EUROPA”.
No hay un solo país europeo que no condene gravemente el delito de sedición y la traición a cualquiera de sus ciudadanos.
La oposición ya tarda en plantear una cuestión de confianza sobre la conveniencia de Sánchez en la presidencia del Gobierno de ESPAÑA y debería llevar a las calles una protesta nacional de millones de españoles contrarios a esta locura.
Dar el poder y las leyes a aquellos que no quieren defender a nuestro país y quieren solo la independencia es, además de un error histórico, un ataque a todas las personas que sentimos a ESPAÑA como nuestra nación y nos identificamos con todo aquello que representa.
“El silencio nos hace cómplices”, utilizando el eslogan de una reciente campaña del Ministerio de Igualdad, bien nos valdría a todas y a todos no mirar para otro lado en esta ocasión.
La Libertad y la Democracia que emanan del pueblo no se pueden defender desde el silencio ni desde la indolencia o nos quedaremos sin una y la otra antes o después.
Ahora se trata de España, no del poder, o de quien lo ostenta.
¿ Qué tiene que ver esto con el deporte ? La sección se llama linimento deportivo. No mezclemos churras con merinas ni la velocidad con el tocino.
Si no fuese por Juanje y José Moreno (y antes con César), quitaría Radio Marca de mis sintonías. Siempre estoy entre Cope, Ser y Marca. Cuando escucho a este hombre por radio, directamente la quito y me voy a Justo Rodríguez o Bautista e incluso Tirado de Canal Sur. La prepotencia de este hombre y la desfachatez que tiene mezclando deporte y política es barriobajera.