Llevamos semanas dejándonos llevar por una insulsa crispación sobre el número de defensas para justificar lo que a todas luces resulta injustificable. El cuerpo técnico con Pellicer a la cabeza debe ser incuestionable. La transformación económica de la entidad por parte del administrador ha recibido la querencia de toda la afición que no duda en entregar todo tipo de parabienes a su gestión. En cambio el cuerpo técnico que ha obrado a su manera también un milagro. Parece que necesita de cada victoria para apuntalar la confianza que se resquebraja cada vez que algún punto se queda en el camino. Olvidamos con frecuencia la dificultad de conjuntar una plantilla nueva con tan poco tiempo de preparación.
Los con los aspectos extradeportivos que han ido floreciendo durante el verano, jugadores entrenando a sabiendas de que estaban en un ERE y más pronto que tarde llegaría su despido. Pese a ello la convivencia apenas se ha visto alterada, mérito indudable del cuerpo técnico y tras 14 jornadas el Málaga no sólo camina tranquilo por el sendero de la segunda división, sino que sueña con la clasificación para el play off. La táctica es motivo siempre de disputa, no terminamos de comprender que no por tener 3 centrales se es más defensivo. Ni el 4-4-2 nos hace ser más atacante. Si centramos el análisis en los resultados se han obtenido más victorias con el esquema de 5 defensas que con el de 4, también se han jugado más partidos con esa formación que con la que más demanda el aficionado.
En mi humilde opinión el Málaga obtiene grandes resultados cuando mantiene la intensidad los 90 minutos, cuando el esfuerzo es solidario, cuando realiza transiciones directas de un área a otra, provocando contragolpes letales que mantiene en vilo a la defensa contraria. Ahora que el equipo se encuentra más estable que nunca, es cuando más unido tiene que estar la afición, respetar las decisiones de un cuerpo técnico que se han ganado con creces la confianza más amplia que haya tenido un entrenador nunca en los últimos tiempos, que el tamaño de una defensa no nos deje ver el bosque.
