
Málaga es una ciudad llena de “buenas gentes” que diría el universal de la canción de Julio Iglesias, sin embargo hay una serie de teóricos poderes fácticos que no son capaces de respetarse a sí mismos por lo que resulta imposible que respeten a los demás. Por desgracia, creen ser el oráculo de la ciudad aunque no sea cierto salvo entre la clase política que, sin que se sepa muy bien a ciencia cierta, les teme, respeta en exceso y suele hacerles caso.
Esta mala semilla de oportunismo, intereses espurios y nula meritocracia unida a una mediocridad aplastante es uno de los grandes problemas que entre otras cosas le impide a la capital de la Costa del Sol premiar a sus ciudadanos ilustres a tiempo y actuando de madrastra impenitente reconocer a sus mejores hijos sólo después de muertos. Por fortuna, crece de forma imparable otra clase de poderes reales entre la sociedad malagueña que se asientan cada vez más y precisan cada vez menos de esta mala fortuna de una especie de “casta malagueña” que cree estar por encima del bien y del mal, al tiempo que no reconoce errores e intenta menoscabar los éxitos de quienes en diferentes sectores de la sociedad malacitana son el verdadero impulso de la misma. Explicado todo ėsto para los que no reconocen sus errores, se empeñan en mantenerlos y no enmendarlos, son cada vez menos respetados en sus cargos y muchos de ellos los perderán por su nefasta gestión mientras otros que hoy se creen pequeños “dioses” del momento serán pronto absorbidos por “Dioses” reales de la economía española, me centro en lo importante.
Si hay una persona que merece todos los respetos de la Málaga actual en todos los ámbitos que una sociedad puede reconocerlos es Antonio Jesús López Nieto, presidente del club Fundación Unicaja de baloncesto. No goza de la simpatía del director del diario decano de la prensa malagueña, el señor Manolo Castillo, por diferentes y execrables cuestiones, lo que en otras circunstancias sería un problema y visto lo visto es una bendición.
Por suerte, para el reconocido exárbitro internacional, tampoco cuenta con los parabienes del aburguesado y burocrático sector de la entidad bancaria UNICAJA, que por lo pronto le debe sin ir más lejos la recuperación de un club que había dejado hecho unos zorros el anterior máximo dirigente del mismo Eduardo García, “funcionario” del banco y nefasto exponente de lo que muchos dentro del mismo querrían tener de presidente en el club de baloncesto.
No son pocos los que en el ordenamiento jerárquico de la entidad bancaria se alegran poco o nada de los interminables éxitos de López Nieto en la Fundación Unicaja de baloncesto. Si uno observa con detenimiento las caras de algunos de ellos sobre el parqué del Gran Canaria Arena cuando todo el equipo y la afición celebraban la segunda Copa del Rey en tres temporadas para un club que gastándose casi cuatro veces más por temporada sólo había levantado una en los últimos veinte años.
No quieren reconocerle los éxitos al actual presidente del club malagueño y a base de maniobras orquestales en la oscuridad y siempre tirando de su vocero mediático tratan de menoscabar la importancia fundamental de Antonio Jesús López Nieto en la recuperación de la entidad deportiva malagueña. Pero el algodón no engaña, seis finales ha disputado el conjunto de Ibon Navarro en apenas dos temporadas y media consiguiendo la friolera de cinco títulos para el club, nunca en la historia de Unicaja Baloncesto había ocurrido tal cosa.
El trabajo del director deportivo Juanma Rodríguez ha sido excelso y el bloque de jugadores que el triunvirato que dirige los designios del club malacitano ha conseguido será imborrable en la mente de los aficionados cajistas. Al contrario que toda esa caterva de mediocres que le rodea dentro y fuera del club, López Nieto se ha dedicado a hacer lo que de verdad sabe hacer: trabajar y no reparar en ninguna otra cosa ni dentro, ni fuera del club. Los diez mandamientos que le definen son evidentes: honestidad, honradez, perseverancia, trabajo, gestión, disciplina, empatía, conocimiento, sensatez y sentido común.
Ninguna de estas virtudes adornan a sus “enemigos”, la mayoría de ellos mediocres hasta la saciedad. Ignoro el tiempo que le dejaran seguir siendo presidente de la Fundación UNICAJA Baloncesto a mi hermano mayor Antonio Jesús López Nieto, yo no me escondo y voy de cara como siempre he hecho en mi vida, pero sea como fuere el alcalde de Málaga haría bien en reconocerlo ya como hijo predilecto de la capital de la Costa del Sol e ir pensando, a él si, en ponerle una calle o una rotonda con su nombre.
Para todos los demás, “ladran luego cabalgamos “, que diría Miguel de Cervantes Saavedra.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.