Que a este Málaga le hagan cuatro goles no es normal, tanto como que pierda el orden que le caracteriza. Salvo el día del Elche, lo que distingue a este equipo juegue mejor o peor, es su solidez defensiva lo que no ocurrió en el Ciudad de Valencia. Otra vez volvimos a ver el talón de Aquiles en forma de centro lateral que finaliza en gol como en el 1–0, una acción en la que tanto Dani Sánchez como Gabilondo, quedaron muy señalados. Tanto uno como otro sufrieron en exceso a lo largo del partido, y no fueron capaces de tapar sus bandas. Aunque no es menos cierto que en ataque el donostiarra estuvo algo más afortunado. Además, y para mayor desgracia colectiva, el centro de la zaga no tuvo la contundencia y la seguridad de otras jornadas, con demasiadas indecisiones y concesión de facilidades. Es una lástima porque estos errores condenaron al equipo pese a la capacidad de reacción que evidenció al responder a los dos primeros goles levantinistas de forma inmediata.
No puede quedar en el cajón del olvido que David Larrubia lideró al Málaga en ataque, tanto al marcar el primer gol como al robar la pelota que propició el segundo tanto malaguista. ¡Qué bonita fue la estampa de la celebración de este segundo gol con el abrazo de los malagueños Dani Lorenzo, Larrubia, Kevin e Izan!
Los pupilos de Pellicer evidenciaban ante un firme candidato al ascenso que tienen gen competitivo a pesar de los reveses recibidos y de los errores en defensa. Es más, supieron levantarse de la lona con el juego en ataque bajo la batuta de Manu Molina, algo más impreciso que en otras ocasiones, y el dolor de cabeza que representaba Kevin Medina cuando se mostraba vertical con el balón. Todo ello provocó que la grada granota pitara a los suyos viendo que eran los blanquiazules los que podían lograr el tercer tanto.
La segunda parte mantuvo el equilibrio hasta que llegaron los últimos 10 minutos de partido letales para los intereses blaquiazules. Otra vez aparecieron las dudas en el eje de la defensa junto a la debilidad del costado izquierdo que supo aprovechar el Levante. Encima, el tercer gol fue una evidencia del surrealismo ante la falta de contundencia, y el cuarto y definitivo, algo más de lo mismo.
Durante 80 minutos el Málaga nos hizo soñar con un buen resultado, pero en 10 minutos quedó patente que este equipo no se maneja en el desorden.
En el lado positivo y a título individual, debo señalar la esperanzadora vuelta de Ramón. Crucemos los dedos para que el granadino haya puesto punto final a su calvario de lesiones y sea en el campo el jugador que todos sabemos. Larrubia volvió a demostrar su línea ascendente; Manu Molina las dotes de mando pese a ciertas imprecisiones; Kevin, esta vez, sí aportó hasta que las patadas que recibió le privaron de seguir; y, como no, Alfonso Herrero evitó una goleada mayor.
En el aspecto negativo, los 10 últimos minutos me hicieron recordar al ausente por sanción, Luismi. Por lo que aporta para el equilibrio en el centro del campo. Tanto Gabilondo como Dani Sánchez no tuvieron su día, y se notó en exceso la falta de contundencia de Nelson Monte y Álex Pastor. Sergio Castell, una vez más, no aportó nada tras sustituir a un voluntarioso Dioni Villalba, y llama la atención que Antoñito Cordero haya pasado a ser el último cambio, aunque conociendo al técnico de Nules no me extrañaría que el jerezano fuese titular el próximo domingo en Castalia.
Frente al Castellón, un equipo que es capaz del todo o nada por su estilo de juego, no tengo duda de que volveremos a ver al Málaga ordenado de Pellicer. Seguro que quedan cuentas pendientes del año pasado donde ambos fueron rivales en Primera Federación.
Nota aclaratoria: Ante algunos comentarios repetidos y sin ánimo de entrar en polémica, debo aclarar que no tengo ninguna vinculación con el grupo Bluebay, ni esperanza en que sea la solución a la gestión del club. Es más, directamente y hace meses, le comuniqué personalmente a su máximo responsable la falta de comunicación de sus propósitos y que no diera un paso al frente decididamente. Tengo la misma esperanza en el grupo hotelero que en la gestión del actual administrador judicial, es decir, ninguna.
José Manuel Velasco
Redactor Onda Cero Málaga
Totalmente de acuerdo con sus comentarios, por ello no me explico que el míster no quitara a los laterales en el descanso, se estaba viendo que ambos estaban siendo superados. Por otro lado me faltó esa presión que hace el Málaga y no permite salir cómodo al equipo contrario, Dani Lorenzo no llegaba e Izan Merino se hundía en exceso. Me temo que después del partido del Racing nos creíamos que íbamos a ganar sin esfuerzo y a este equipo a falta de calidad solo le vale morder desde el minuto 1