Una ventana invernal con poco frío

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Loren Juarros en Algeciras
Loren Juarros en Algeciras || Foto: Javier Díaz

No es una ventana de fichajes cualquiera. El Málaga arranca su mercado de invierno más importante de los últimos años, puesto que pelea por abandonar el fútbol de bronce, pero a su vez la situación es de calma, prudencia y hasta privilegio con respecto otros clubes de la categoría. Es cierto que deberá pelear con equipos de mayor división por ciertos refuerzos, aunque no hay urgencias ni necesidad de volverse loco. El plan de Loren Juarros es claro.

A falta de dos jornadas para que termine la primera vuelta, los blanquiazules disponen de 35 puntos. Números de ascenso si no fuese por la gigantesca temporada que firma Castellón o Ibiza y que distorsiona levemente el tramo competitivo de los de Pellicer. Además, el número de pasajeros en la enfermería sigue siendo muy elevado, por lo que el de Nules sumará más jugadores en cuestión de días. Se prevé en el regreso a los entrenamientos de este miércoles la incorporación de algún ‘tocado’. De ahí que no sea necesaria una gran revolución más allá de que las fichas federativas estén contadas.

Nada que ver a la situación con la que llegó el equipo malaguista el curso pasado en este complicado escenario de fichajes. Por aquel entonces, el Málaga era penúltimo, sumaba 19 puntos y necesitaba cambios importantes en la plantilla. Ahora, con Loren Juarros en los mandos llega el primer mercado de invierno para el burgalés. Con un estilo bien distinto y con claros recelos a un mercado de fichajes muy particular. El propio director deportivo reconocía días atrás en una entrevista con AS los peligros que tiene esta ventana, para un Málaga que solo busca dos cromos y que priorizará el producto autóctono, incluyendo la cantera, a lo foráneo o exótico.

De hecho, después del repóquer de renovaciones, la idea del club es intensificar esos contactos con los futbolistas de la casa que aun andan pendientes de ampliar su vinculación con la entidad de Martiricos. Mientras, el extremo y el delantero se cuecen a fuego lento. No hace tanto frío por las oficinas de La Rosaleda ni tampoco en el verde.

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