Hablar de una tanda de penaltis en partidos oficiales, es casi sinónimo de derrota para el malaguismo. Ha habido torneos veraniegos en los que en La Rosaleda el Málaga ha ganado desde la pena máxima. Por ejemplo en 2016 ante la Sampdoria. Está claro que no había mucho en juego, pero en las últimas décadas hay tandas desgraciadamente ilustres que pasarán para el amargo recuerdo de generaciones de malaguistas. Espanyol, Cádiz, Boavista. Son muchos los escenarios fatídicos donde tanto el CD Málaga como el Málaga CF han sucumbido. Las chicas de Ayala cortaron el gafe. Se rompe una maldición en La Rosaleda.
Por fortuna, el equipo femenino pasó adelante y se clasificó para los 1/16 de la Copa de la Reina en un épico y vibrante final desde la pena máxima. Un 4-2 en los penaltis en una tarde histórica que estas jugadoras nunca olvidarán. Se rompe una maldición en La Rosaleda. Desde aquella infausta de la promoción del equipo masculino en 1990 con el Espanyol, no se producía una situación similar en el estadio de Martiricos.
Luego vino otro mazazo. Ese Málaga de Peiró que casi toca el cielo en Europa. El equipo malaguista cayó eliminado en los cuartos de final de la UEFA ante el Boavista. También en los penaltis. Iván Leko y Bravo no pudieron convertir sus lanzamientos y el cuadro portugués pasó de ronda. Han tenido que ser ellas. Las jugadoras del Málaga CF, casi dos décadas después las que rompan este maleficio. Una tanda de penaltis con final feliz.
