El partido en Ponferrada dejó muchos daños colaterales al margen de la derrota en sí. El cuatro a cero siembra dudas sobre el sistema del equipo fuera de casa, la seguridad defensiva de los blanquiazules, la portería y su rotación y algunas más propias de cuando un equipo se lleva un revolcón de esa manera. De todo partido negativo se puede extraer algo positivo. Se gana o se aprende suele decir el refranero popular. A toro pasado es fácil de analizar, pero el principal socavón del equipo estuvo en el centro del campo. Jozabed no funcionó al lado de Escassi, y solo la entrada de Ramón dio algo de criterio al juego del equipo.
Ver al de Órgiva de nuevo sobre el césped y con cierta capacidad de mando fue lo más positivo de la goleada en contra en El Toralín. El canterano entró en el minuto 45 del partido sumamente complicado. Con el 2-0 en contra, la actitud del jugador fue positiva pese a que el tercer tanto de la Ponferradina, el del penalti absurdo, llegó prácticamente a los pocos minutos. Un 87% del pase demostró que la mejor versión del canterano se va a acercando poco a poco. Además, jugó mucho en campo rival dando algunos de los pases que se echaron en falta en la primera parte.
Ramón no superaba los 45 minutos en un partido desde finales del mes de abril. José Alberto tiene de nuevo el dilema de saber qué pasará con Luis Muñoz. El de Nueva Málaga empezó de nuevo la semana al margen del grupo. En caso de baja, el asturiano se verá de nuevo obligado a elegir. Genaro o Ramón serán seguramente las alternativas a un centro del campo cuestionado. Sin Luis Muñoz al lado, se vio la peor versión de Escassi. Ramón va cogiendo la forma y puede convertirse en uno de los fichajes del verano. El centrocampista se perdió toda la recta final del curso y la pretemporada. Un hecho que no ha impedido que José Alberto ya haya pensado en él como alternativa a un once titular muy trillado.