Es habitual en el Málaga y lo seguirá siendo. La presencia de canteranos en el primer equipo es una tónica dominante en las últimas campañas, acentuado más aún desde el descenso a Segunda División. Las ventas de los mismos –Ontiveros y Harper– permitieron respirar mínimamente al cuadro blanquiazul. Y seguirá siendo una constante.
Keidi Bare es el jugador mejor posicionado para salir del club y dejar una interesante cantidad económica en las arcas. Pero su salida no será a cualquier precio. En el presente son los canteranos los que están «salvando» al club. Con el problemón del límite salarial y la necesidad imperiosa de reajustarlo, la plantilla blanquiazul de la próxima temporada será muy malagueña.
Al menos, con total seguridad, durante la pretemporada. Como ya pasó en el verano pasado, los primeros días estarán formados, casi en su totalidad, por jugadores del filial. Más de la mitad de los que empiecen serán canteranos. Una oportunidad que intentarán aprovechar para triunfar en el cuadro boquerón y, quién sabe, ser el próximo Ontiveros o Harper en cuanto a venta se refiere a un equipo de superior categoría. Los jóvenes seguirán haciéndose mayores a partir del próximo 10 de agosto.