Este Málaga ha demostrado tener dos caras en este primer tercio de competición. El equipo de Sergio Pellicer tiene un problema en las segundas partes de los partidos. Las cifras hablan solas. Los blanquiazules han encajado diez goles en los segundos cuarenta y cinco minutos de los partidos y solo ha anotado dos en esos mismo periodos. Ocho goles de diferencia que han provocado una fuga de puntos que tendría a los malaguistas en las posiciones más altas de la clasificación. Partidos como el de El Toralín o en casa contra el Mirandés han supuesto una pérdida de cuatro puntos para el cuadro de Martiricos.
Se trata de una sensación generalizada que el equipo costasoleño no ha conseguido controlar en las doce jornadas ya disputadas. Las victorias se han puesto en peligro, partidos que estaban controlados se han complicado hasta dejar de ser triunfos y las derrotas se han acrecentado en las segundas partes. Hay quien señala el fondo físico del equipo. Muchos de los fichajes malaguistas llegaron en la última semana de mercado, no pudiendo ser titulares hasta la jornada cinco o seis de LaLiga SmartBank. Otros hablan del planteamiento del entrenador, al que un pequeñísimo sector de la afición le acusa de ser algo conservador. El caso es que los blanquiazules sufren el doble en las segundas partes de los partidos.
Si solo se hubiese jugado la segunda parte de los partidos de Segunda, el Málaga tendría solo siete puntos. Como consecuencia los de Martiricos estarían en puestos de descenso a Segunda. Son once puntos menos de los que ahora mismo tiene el cuadro boquerón, situado en la octava plaza a tan solo un peldaño de los puestos de playoff. Un objetivo impensable para Pellicer y los suyos.
En cuatro de las cinco victorias cosechadas por el equipo de La Rosaleda, no anotó en la segunda parte. Los triunfos por la mínima contra Castellón, Alcorcón, Zaragoza y Sporting se cocinaron en el primer tiempo. Solo en Sabadell, el equipo de Sergio Pellicer consiguió la victoria marcando en la segunda parte del partido. En las derrotas ocurre parecido. Las goleadas encajadas contra Rayo, Mallorca y Espanyol se multiplicaron en la segunda mitad. Dos goles en cada uno de esos tres partidos mencionados. Pellicer ha hecho referencia a ello en los medios, pero el técnico de Nules no consigue dar con la tecla que frene esta dinámica. Un Málaga con dos caras muy distintas.