Cada jornada que pasa el míster blanquiazul parece superarse en sus erráticas decisiones en el discurrir de los encuentros. La ausencia de Escassi en el once inicial, justificada por sus dos últimas apariciones desafortunadas en el equipo, quedó en evidencia cuando José Alberto López no tuvo más remedio que utilizarlo en la segunda mitad. La siguiente incógnita vuelve a ser la portería malaguista. De un Dani Martín excepcional cuando la defensa malacitana hacía aguas, al guardameta capaz de tragarse el gol zaragocista por su palo y desestabilizar él solo a todo el equipo.
Esa inseguridad del guardameta que reabre el debate en la portería según el decálogo del técnico asturiano, acompañó al conjunto malaguista en el segundo periodo. Del golazo de Brandon, cuando peor estaba el Málaga CF, se pasó a la incertidumbre tras el empate y el de Gijón fue incapaz de cambiar el rumbo del partido a favor de sus intereses una vez más. Dio la impresión en la segunda mitad que al Real Zaragoza le faltó confianza en sus posibilidades para ganar el envite y a los malaguistas la seguridad necesaria en el triunfo.
Así las cosas el empate se convirtió en un mal menor para los costasoleños mientras José Alberto López se amedentraba una vez más desde el banquillo. La ecuación victoria en La Rosaleda y empate o derrota fuera se rompió frente a los maños por lo que la preocupación ha de aparecer sin remedio en el vestuario malagueño. Esta semana no hay opción de cambios viendo el calendario pero el “ruido de sables” ya ha empezado en La Rosaleda, veremos.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.,
