En el mundo del fútbol se ha hablado mucho de sistemas y dibujos tácticos. Que si el cuadrado mágico, que si el pasillo de seguridad, que si el trivote… . Pues en el Málaga también se ha puede innovar con el hexágono blanquiazul.
Que los de Pellicer han mejorado en las últimas jornadas es evidente. Incluso a pesar de la derrota en Anduva. Y lo que no ha cambiado es una columna vertebral que ha dotado de seguridad defensiva, equilibrio y llegada a un equipo que andaba corto de todo eso. Puestos a dibujar, encontramos la base con Juande y Mejías, un punto clave con Escassi por delante y otros arriba de esa figura con Luis Muñoz y Jozabed. Como un reloj de arena, como una copa, como un hexágono.
Los jóvenes centrales, después de ciertos titubeos en la primera vuelta, han aprovechado el bajón de Lombán para consolidarse y convertirse en un tormento para cualquier punta rival. Escassi ha encontrado por fin su sitio en su regreso a la medular. Y su presencia allí la han aprovechado Jozabed, por fin mostrando su toque, y Luis Muñoz, liberándose de obligaciones defensivas y confirmándose como un excelente llegador con 3 goles en los últimos 3 partidos.
No es casualidad que la mejoría del Málaga, además de la perpendicularidad de Joaquín, del buen nivel de Matos o del excelente estado físico general, haya llegado con la continuidad en las alineaciones de ese hexágono.